El sábado 6 de noviembre, el día de la llegada del Papa, a las 3 del mediodía había un dispositivo policial increíble: más cien mossos y unos 20 carros aparcados indebidamente en Vía layetana. Los mossos iniciaron las tensiones al impedir que un pequeño grupo de militantes con banderas anarcosindicalistas cruzaran un semáforo en verde en vía layetana para ir a concentración pícnic a la plaza de la catedral. Los periodistas y mossos y algunos manifestantes ya estábamos en la plaza de la catedral. Tuvimos que regresar a vía layetana donde los mossos de manera arbitraria habían cercado y retenido de manera ilegal a los compañeros que venían de la sede de la CGT. Los mossos nos cercaron y apresaron formando tres anillos de mossos, y nos tuvieron presos en un espacio muy reducido, en la acera de Layetana con la plaza Maura. Para completar el absurdo y surrealismo, los mossos cortaron y ocuparon toda la vía layetana en las dos direcciones, sin otra razón sensata que lo hubiera mandado algún superior retorcido. Quizás fue un arrebato estratégico de Saura que se tomó alguna pastilla de más para proteger al Monarca del Vaticano, y, para curarse en salud, mandó a vía layetana más policía que el día 29-S. Saura y demás ignorantes deberían saber que a la hora de comer no se convocan manifestaciones masivas, al menos en Catalunya.
Entonces, primero hay que aclarar que fueron los mossos, y no los manifestantes, quienes cortaron y ocuparon la vía layetana durante varias horas. Insisto en ello porque alguna prensa lo ha explicado al revés afirmando que los manifestantes de la CGT cortaron la calle y ocuparon la vía pública.
AFP ha informado del descomunal dispositivo para unos pocos manifestantes: “un fuerte dispositivo policial fue desplegado en torno a la catedral barcelonesa, como pocas veces se recuerda en otros acontecimientos de magnitud internacional, como las cumbres durante la presidencia europea o, incluso, los Juegos Olímpicos de Barcelona.”.
Estos mossos, y sobretodo sus sus amos, violaron en poco tiempo derechos esenciales y humanos, que imperan en los países civilizados desde hace dos siglos:
el derecho a la libre circulación, el derecho a no ser retenido , ni secuestrado por gente armada sin estar informado de que se nos acusa y cuantas horas nos van a tener retenidos ilegalmente, el derecho a no ser detenido sin permiso judicial, el derecho a no ser discriminado por ideas políticas y a disfrutar de la calle igual que los devotos del Papa y del gobierno, el derecho a ser respetado y a no ser exhibido públicamente como detenido, y sobretodo el derecho a no ser criminalizado por denunciar los abusos del poder.
Los superiores de los mossos se comportaron como unos prepotentes y rematados ignorantes, pues debían saber que se trataba de un pícnic protesta entre amigos confederales que salían de una reunión de sindicato.
Razones e hipótesis de las sistemáticas violaciones de los derechos de los ciudadanos
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