Hace algunos días algunos media locales reportaban la noticia de cómo un solo individuo sin armas y sin necesidad de hacer uso de la violencia había sustraído al despiste la cantidad de 5.000 euros de una entidad bancaria de Gamonal. Aún a riesgo de que algún ciudadano honesto se rasgue las vestiduras no puedo reprimir la sonrisa y acordarme de aquel refrán. Un artículo de opinión de Modesto Agustí.
Al parecer no necesitó ni armas ni hacer uso de la violencia. Tampoco aparatosas huidas o escabrosos tiroteos de los que acostumbran a verse en las series policiales. Se llevó los 5.000 euros y adiós muy buenas, caballero.
Se que más de uno de los ciudadanos honestos que puntualmente visitan esta web, no abundan pero haberlos haylos, pondrá en el grito en el cielo. Pero no puedo dejar de expresar mi simpatía hacia gestos como el que nos describe la prensa local, máxime cuando como remedio a la crisis económica que sufrimos los dueños de las entidades bancarias no han cesado de exigir al Estado cada vez mayores aportes de capital. La banca siempre gana, eso es lo que siempre nos han enseñado, ¿o no?
Pues resulta que no siempre, y eso, permítanme señores, hace que me quite el sombrero ante gestos como el de aquel individuo que entró en un banco de Gamonal y sin necesidad de exhibir hiero, al parecer sin tan siquiera alzar la voz, se llevó el dinero sabedor de que ladrón no es quien roba un banco sino quien lo dirige.
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