15 ene 2009

Reglamento sancionador en el centro de menores Bahía de Cádiz

He recibido una carta firmada por dos menores/ niños internados en el Centro de Menores Bahía de Cádiz, donde dan trazan algunas pinceladas de las normas que imperan en este tipo de centros. Reglas no escritas, no recogidas en ningún reglamento legal , pero que ordenan la vida en este tipo de instalaciones de una manera muy severa.

No es la primera carta que recibo en este sentido. También la madre de un chaval internado en otro de estos centros, el de Los Alcores ,en Carmona, me ha contado que a su hijo lo han tenido durante dos días, 48 horas, encerrado en su cuarto, como sanción por haber tenido mal modo a uno de los educadores del reformatorio.
La mujer, asegura que cuando habló por teléfono con su hijo tenía la luz cortada en su habitación y que escuchó pedir al chico que le dieran a los fusibles. Esta es la manera que tienen de educar en estos reformatorios, ¿quién está supervisando la vida interna de estas instalaciones gestionadas por empresas privadas?


TEXTO DE LA CARTA
Hola, somos dos menores del Centro Bahía de Cádiz. Le escribimos para decirle que este centro no es como dicen. La gente aquí nos quita el permiso por la cara y se creen que somos robot todo el día, mandándonos y si no haces lo que te dicen te quitan el permiso, por ejemplo por decir "picha" en la mesa nos sancionan con un "0" cero y perdemos el permiso.

Y no es un ejemplo es que sucedió con un menor de aquí. También quería decir que aquí tampoco te dejan tener tele en el chabolo, ni tu propia ropa y tampoco dejan tirar fotos y que en este centro solo hay una sala de visita para todos los menores y muchas veces nuestros familiares se quedan sin vernos porque no hay sitio y cada vez que lo hablamos nos dicen que nos esperemos al centro nuevo pero así llevan dos años.

Me gustaría para terminar que al leer la carta no diga nuestro nombre, solo el mote, porque si lo escuchan nos sancionan y bajamos de módulo.
Poesía
Porque me miráis como si fuera un bicho raro o viniera de otro planeta porque vaya entre civiles y tenga estas malditas pulseras, acaso no se habéis parado a pensar en mi madre llorando que me decía porque condenáis a mi hijo que no es ningún criminal, que solo es un diablillo que no quiere esta puta sociedad.

ENERO DE 2008. PUERTO DE SANTA MARÍA. CÁDIZ. ESPAÑA

Alberto Almansa, " A puso"

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