El marroquí Lahcen Ikassrien, residente en España, acusó a la policía española de colaborar con los servicios secretos de la cárcel que Estados Unidos tiene en Guantánamo, en una conferencia de prensa celebrada este lunes.
Ikassrien, que pasó tres años y medio en Guantánamo tras ser detenido en 2001 en Afganistán por el grupo rebelde Alianza del Norte y vendido por 75.000 dólares a las tropas norteamericanas, explicó haber sido sometido a "torturas" por parte de los rebeldes y también en el centro de detención.
Amnistía Internacional (AI) pidió este lunes al Gobierno español que inicie una investigación para aclarar la denuncia del marroquí de que policías españoles interrogaron entre 2002 y 2004 a presos de Guantánamo.
El ex preso marroquí, quien dijo que en la cárcel norteamericana fue tratado como un "animal" y podía pasar "una semana sin comida, agua, ni luz", denunció que entre esos dos años fue interrogado al menos en cuatro ocasiones por policías.
Los policías y funcionarios españoles querían que colaborara en la identificación de sospechosos de pertenecer a Al Qaeda en España, añadió Ikassrien, quien dijo haber sido identificado en una pulsera con la inscripción "animal 64", a su llegada herido en el brazo.
Ikassrien dijo que había sido presionado para firmar un documento que autorizara a amputarle el brazo herido, algo que finalmente no ocurrió.
Tras relatar los horrores a los que fue sometido (inyecciones con sustancias para enfermedades caninas, introducción en la celda de aire frío y sustancias químicas que atacaban la respiración), dijo haber sido torturado, pero no por los policías españoles.
"Eran los norteamericanos los que torturaban", apuntó.
En un informe policial, Ikassrien explicó a los agentes españoles detalles sobre su reclusión en el Campamento Delta.
Según el marroquí, los policías se interesaron en él para ofrecerle "trabajo a cambio de colaborar" en la identificación de personas sospechosas de pertenecer a Al Qaida en España.
El ex detenido se negó en varias ocasiones y explicó que los policías españoles dijeron a las autoridades estadounidenses que era un traficante de drogas y que con el dinero que obtenía financiaba el terrorismo.
Ikassrien también fue interrogado por policías marroquíes y en julio de 2005 fue extraditado a España ya que la justicia española le reclamaba por un presunto delito de pertenencia a banda armada.
El ex preso dijo que llegó a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) "atado de pies y manos y encapuchado" y en julio de 2006, la sección cuarta de la Sala Penal de la Audiencia Nacional decretó su libertad provisional por falta de pruebas.
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