El reino de la muerte lenta
“La larga experiencia en prisión es el más duro enfrentamiento con la vida, convertida en mera subsistencia entre los muros grises de ese reino de la muerte lenta que es la cárcel. En ella, todo se reduce a un continuo palpitar cara a cara con el castigo”. Éste es el principal sentimiento que Jann-Marc Rouillan trata de transmitirnos en sus obras dedicadas a la denuncia del sistema carcelario y que, sin duda, consigue con creces.
Miembro del MIL en Cataluña y de Action Directe en Francia, Rouillan lleva en prisión desde 1987. Tras cumplir 21 años de pena, le fue concedido un régimen de semilibertad que, recientemente, le ha sido retirado a raíz de unos comentarios en el diario francés L’Express que, según los jueces, rompen el silencio sobre su pasado que forma parte de la condición por la que le fue concedida la gracia. Un hecho que bien se puede interpretar, tanto por el miedo que el sistema tiene a la hora de abandonar el control absoluto sobre las personas que, en realidad, sigue considerando peligrosas, como por el hecho -tan pragmático- de que el “affaire mediático” sirve para tratar de criminalizar desde el inicio de su formación al Nouveau Parti Anticapitaliste liderado por Olivier Besancenot y al que Rouillan se había adherido formando parte de su comité de Marsella.
El primer abordaje a la escritura de Jann-Marc Rouillan para expresar sus vivencias en reclusión lo hizo con el significativo título de “Odio las mañanas” (2001) y, desde entonces, no ha parado de dar martillazos a las prisiones hasta sus últimas “Crónicas carcelarias” (2008). Trabajos que se prestan a ser complementados con un vídeo que acaba de salir a la luz, y que un grupo de reclusos de la cárcel de Fleury-Mérogis ha grabado en secreto mostrando la degradación de las cárceles francesas: las mismas que arrojan una media de cien suicidios de presidiarios por año.
Mixomatosis a escala humana
“Paul de Épinettes o la mixomatosis panóptica” es el segundo libro de Rouillan, publicado en 2002 y traducido al castellano en 2008. En él, la denuncia al sistema penitenciario es tratada en forma de novela y se basa en experiencias vividas y personajes reales. La obra narra el destino de Paul, un atracador de poca monta al que la larga estancia en prisión termina por provocar “mixomatosis”: una enfermedad vírica propia de los conejos que el autor usa como una metáfora, tanto del aniquilamiento que supone la parálisis vital de la experiencia carcelaria, como del propio hecho de que -en el pasado- el virus se introdujera artificialmente en Francia para limitar la proliferación del conejo de campo. Toda una metáfora, pues, de las prisiones como artificio para apartar a los innombrables de la sociedad bienpensante.
La prosa punzante y exacta de Rouillan -en la que no sobra ni falta una palabra- hace que su lectura atrape de forma penetrante, provocando un encuentro literario que se refuerza con el modo en que el autor combina narración con reflexión. Y es que, a través de los personajes de la novela, y página tras página, Jann-Marc Rouillan nos despliega todo su saber vivido y sentido sobre las prisiones conectando a la vez con las percepciones sobre la sociedad panóptica y disciplinaria con las que Michel Foucault irrumpió en 1975 con su trabajo -difícilmente superable- “Vigilar y Castigar”. Pero… paradoja de las paradojas, no todo en esta novela señala con el dedo a la prisión. Fuera de ella, Paul, su protagonista, sufrió sin saberlo la traición de los seres que más estimaba. C’est la vie!
Alfonso López Rojo
Reseña publicada en catalán en DIRECTA,setmanari de comunicació. Nº 123, enero de 2009, pág. 23.
Paul de Épinettes o la mixomatosis panóptica
Jann-Marc Rouillan
Edición: Pepitas de calabaza ed. & LLaüt
Logroño/Barcelona, 2008. 117 páginas.
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