Alexandr Glújov, sargento de la unidad militar rusa de Alagorka, en Osetia del Sur, ha pedido asilo político en Georgia motivado por las insoportables condiciones en las que servía. Moscú ha alegado que Glújov, en realidad, fue secuestrado por los georgianos y ha exigido que el sargento sea devuelto a los militares rusos. Pero el mismo Glújov ha negado en declaraciones a la prensa el supuesto secuestro y ha afirmado que cruzó la frontera voluntariamente de noche para entregarse a los georgianos.
Después de la guerra de agosto entre Rusia y Georgia, que acabó con la derrota de las tropas de Tbilisi y el reconocimiento, por parte de Moscú, de la independencia de Abjazia y Osetia del Sur, la situación ha continuado tensa en la frontera de este último territorio, con esporádicos tiroteos y escaramuzas. Sin ir más lejos, ayer la misión de Observación de la Unión Europea expresó su preocupación por el tiroteo ocurrido el martes cerca de una de sus patrullas cuando cumplía sus funciones en los alrededores del puesto de control georgiano de Odzisi.
El ministro de Exteriores georgiano, Grigol Vashadze, ha informado hoy que se había puesto en contacto con el embajador de Suiza, que representa los intereses de Rusia después de la ruptura de relaciones diplomáticas en agosto pasado, para que éste visite a Glújov. "Le pedimos que vea al sargento Glújov y confirme que está bien y que puede hacer uso de sus derechos", ha declarado Vashadze. El ministro ha agregado que sus funcionarios telefonearon a los padres del sargento para pedirles que viajaran a Tbilisi, y ha asegurado que no entregarán a Glújov a los rusos. "En caso de devolver a este joven a Rusia, podría ser acusado de desertor y de traición a la patria, y simplemente lo pudrirían en la cárcel", ha opinado.
Glujóv, que cruzó la frontera surosetia-georgiana en la noche del lunes al martes, explicó en declaraciones a la prensa que hacía un mes que no se podía duchar, que prácticamente no lo alimentaban y que le daban palizas. "Pido al presidente de Georgia que me dé asilo político, ya que no puedo soportar más las penurias a las que están sometidos los soldados rusos", ha declarado Glújov a la televisión georgiana.
Organizaciones de derechos humanos rusas que han visitado a los soldados emplazados en Osetia del Sur han denunciado las condiciones insoportables en que sirven. Ella Poliakova, dirigente de Madres de Soldados de San Petersburgo, señala, por ejemplo, que los soldados llaman por teléfono y cuentan "cosas horribles" sobre su servicio en Osetia del Sur; aseguran que tuvieron que pasar largo tiempo sin agua en las trincheras y con muy poca comida. Sin embargo, los militares rusos no conciben que un soldado pueda pasarse al enemigo debido a las malas condiciones en las que viven.
El portavoz del ministerio de Defensa ruso, Alexandr Drobishevski, calificó de "provocación informativa" la noticia de que Glújov había abandonado voluntariamente su unidad y había pasado a Georgia. "Bajo presión física o moral-psicológica o bajo amenazas Glújov pudo haber dicho cualquier cosa", declaró Drobishevski, que insiste en que el sargento fue secuestrado por georgianos armados que actúan en la zona.
Diario El País
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