El miércoles por la noche, poco antes de las 19h, unas treinta personas irrumpieron delante del centro cerrado para “extranjeros” 127bis en Steenokkerzeel. Fuegos articiales, vengalas y petardos se unieron rápidamente a los gritos de rabia de los manifestantes: “ni fronteras, ni naciones – LIBERTAD”, “ladrillo a ladrillo, pared a pared, destruyamos todas las cárceles”, “Solidaridad”, ... Porque esos “centros cerrados” no son más que campos para deportar a los indeseables según los intereses de la economía capitalista y el control social, el oponerse a ellos cuestiona entoces los fundamentos mismos de este mundo lleno de alambradas.
El miércoles por la noche, poco antes de las 19h, unas treinta personas irrumpieron delante del centro cerrado para “extranjeros” 127bis en Steenokkerzeel. Fuegos articiales, vengalas y petardos se unieron rápidamente a los gritos de rabia de los manifestantes: “ni fronteras, ni naciones – LIBERTAD”, “ladrillo a ladrillo, pared a pared, destruyamos todas las cárceles”, “Solidaridad”, ... Porque esos “centros cerrados” no son más que campos para deportar a los indeseables según los intereses de la economía capitalista y el control social, el oponerse a ellos cuestiona entoces los fundamentos mismos de este mundo lleno de alambradas.
También se hizo una mención especial a los veinte detenidos que, después de una semana, finalizaron ese mismo día su huelga de hambre, también hacia Hossein puesto en aislamiento por haber intentado suicidarse a causa de su expulsión inminente. Desde el 24 de agosto del 2008, la capacidad del campo de deportación se ha reducido considerablemente después de los incendios coordinados que destrozaron dos de las tres alas poco después de la media noche. Esto sólo fue el punto más álgido (al menos hasta el momento) de un periodo marcado por fugas, revueltas individuales y motines. Reconocemos nuestro propio deseo de libertad en estos gestos de revuelta que llevan en ellos mismos la posibilidad siempre presente del enfrentamiento directo con lo que nos oprime, sin repetar los márgenes de la contestación permitida por el Estado y sus valedores. Por esto no se pidió ninguna autorización para esta concentración con la consecuencia directa de la posibilidad un enfrentamiento con las fuerzas del orden.
Después de algo más de diez minutos decidimos abandonar el lugar. En ese mismo momento, llegó un furgón de la policía. Pidiendo la identificación, el grupo la rechaza en bloque y continúa su camino. Dos policías bajan y el más raudo de ellos intenta una primera interpelación que fracasa gracias a la cohesión del grupo.
El grupo continúa avanzando hacia la estación. En este momento rodeado de tres coches de maderos.
En el momento de pasar a la estación un cordón de policía bloquea el acceso al andén y a la carretera que lleva al pueblo de Nossegem. Se empieza a empujar para conseguir al menos acceder al andén, lo que se consiguió. Empiezan a caer porrazos y en un momento un gran saco de mierda de la policía levanta a una compañera por enima de sus hombros y la arroja al suelo.
Entonces el grupo es dividido por dos filas de maderos y nuestra compañera se queda sola en el suelo, incapaz de moverse.
Se empuja, se golpea, con puños y pies contra las porras. Cada vez que un compañero es atrapado por la policía, es rescatado por el grupo. Esto dura un cuarto de hora. Llegan varios refuerzos y consiguen arrestar a todo el grupo.
Una vez en comisaría se nos libera después de un control de identidad. Algunos compañeros y compañeras se niegan a dar su identidad y son retenidos hasta al día siguiente.
La compañera herida está todavía en el hospital con dos vértebras fracturadas.
Nosotros no vamos a llorar por los golpes recibidos. Reivindicamos alto y fuerte nuestra elección y nuestro intento de enfrentar las fuerzas del orden. Con esta iniciativa, quermos igualmente incluirnos en la semana de solidaridad internacional con Isa y todos los presos en lucha, (acusada, entre otros, de intentar quemar una grúa de la policía aparcada delante de una comisaría en París).
Por otro lado, queremos seguir luchando contra las frontera, las prisiones y el mundo que las necetia. Frente a los policías que han enviado a una compañera al hospital y las horas perdidas en las celdas, repondemos y llamamos a aquellos y aquellas que tadavía quieran combatir contra la autoridad en todas sus formas difundiendo la revuelta.
“Ni domesticados, ni domesticadores,
Nos habéis golpeado bien,
No sacaréis nada rentable de nosotros”
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