Los derechos universales de la infancia se practicaban en la España leal, en plena guerra contra el fascismo. Mientras, los rebeldes, militarizaban a la población infantil en las escuelas franquistas a base de disciplina, doctrinas y dogmas.La Semana del Niño republicana, del 1 al 7 de enero, pretendía institucionalizar unos días de felicidad y cultura alrededor del menor, partiendo de una celebración laica y social.
El comienzo de este pequeño viaje por la historia fueron las reveladoras imágenes de Atienza realizadas en 1937, conservadas en el AGA, además de la localización de carteles alegóricos a la celebración que, en ese momento, sirvieron para sensibilizar a la población.
La Semana del Niño del año 1937 -celebrada en Valencia-, concluyó con una gran cabalgata organizada por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, presidida por el presidente del Gobierno Francisco Largo Caballero y por el ministro Jesús Hernández Tomás.
Se distribuyeron entre los niños refugiados gran cantidad de juguetes instructivos y de entretenimiento adquiridos a la Fábrica Hermanos Payá, por una cantidad de 98.700 pesetas. El Ateneo Popular de Valencia subvencionó con 51.935 pesetas los gastos de la Semana del Niño de 1937. También se repartieron entradas para las representaciones infantiles, entre ellas, la adaptación de El Alcalde de Zalamea.
El marco descriptivo de la cabalgata con la que concluyeron los actos tuvo eco en la prensa, resaltando la información del periódico La Vanguardia de Barcelona, el martes 12 de enero de 1937:
“Esta mañana ha recorrido las principales calles de Valencia una gran cabalgata como final brillante de la Semana Infantil organizada por el ministro de Instrucción Pública, con la cooperación de los partidos políticos y organizaciones sindicales.
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