17 jun 2008

Ante la situación insostenible en Quatre Camins, y después de 40 días, algunos presos siguen en huelga de hambre


Desde la prisión de Quatre Camins, se escuchan los espectaculares ecos de la que se pretende presentar, como una importante experiencia de creación colectiva desde el interior de los centros penitenciarios y de construcción de puentes entre una hipotética sociedad civil y la prisión.

Desde diferentes páginas de organismos oficiales o corporativos de la institución penitenciaria, e incluso en algunos alternativos, se escucha en ocasiones alguna voz que saca a relucir la dificultad en la denuncia de la vulneración de los derechos humanos de las personas presas. Quisiera hacer notar, que casi siempre hablan de sus problemas y casi nunca de la lacra social que suponen los espacios de impunidad que encubren toda institución, ni de las víctimas que han sufrido el abuso.

En estos días, se está llevando a cabo el juicio de lo que llamaron el último motín de Quatre Camins. Casi nada se sabe sobre eso, de la misma manera que nadie saca a relucir las huelgas de hambre que actualmente están llevando algunos presos en dicha prisión. En estos momentos, J. A. Casquero se encuentra en la enfermería, porque lleva más de 40 días en huelga de hambre para denunciar la injusta situación penal de la que es objeto él y muchas otras personas presas, por causa de la incompetencia de algunos equipos de tratamiento de dicho centro y más concretamente el del módulo 3. La situación se está volviendo poco menos que insoportable y luego aún habrá quien se alarme de ciertas reacciones de las personas presas.

Tras el apoyo y el reconocimeinto institucional, por parte de los responsables de la institución penitenciaria, hacia alguno de los más reaccionarios funcionarios de seguridad (carceleros); los equipos de tratamiento se sienten protegidos y disponen de la libertad condicional de las personas con total abuso y arbitrariedad y ante esa situación insostenible, no tendría que sorprendernos si en breve, un grupo de presos, inicia una huelga de hambre si no se reconsidera la situación de las libertades condicionales, los permisos, etc...

Desde aquí, lo que se pretende es, no sólo hacer denuncia pública de esa situación de desamparo, sino también del silencio institucional y del silencio cómplice de todos los colaboradores y colaboradoras, voluntarios y voluntarias y cualquier otro tipo de personal de la prisión que participa de toda esa farsa de la justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario