5 may 2008

Els restaurants a debat.

Abajo los restaurantes - Una crítica obrera de la industria del servicio de comida

"Cuando se piensa en ello, es extraño que miles de personas en una gran ciudad moderna pasen sus horas fregando platos en madrigueras calientes y subterráneas. La pregunta que planteo es por qué continúa esta vida –cual es su propósito, y quién quiere que continúe..." George Orwell


Hoy es difícil imaginar un mundo sin restaurantes. Las condiciones que crean a los restaurantes existen por todo el mundo y parecen ser casi naturales. Nos resulta difícil pensar en otros métodos en que las personas puedan alimentarse (además de ir a la tienda de comestibles, claro). Pero los restaurantes, al igual que la democracia parlamentaria, el Estado, el nacionalismo, o la policía profesional, son una invención del mundo capitalista moderno.

Los primeros restaurantes empezaron a aparecer en París en la década de 1760, y todavía en la década de 1850 París albergaba a la mayoría de los restaurantes del mundo. Al principio, sólo vendían pequeños guisados de carne llamados restaurants, cuyo propósito era restaurar la salud de las personas enfermas.

Antes de eso, nadie salía a comer como se hace hoy. Los aristócratas tenían sirvientes que cocinaban para ellos. Y el resto de la gente, que en su mayor parte eran campesinos, comían en su casa. Había posadas para los viajeros donde las comidas estaban incluidas en el precio del cuarto y el posadero y sus huéspedes se sentaban a comer en la misma mesa. Había proveedores que preparaban comidas para las bodas, los funerales y otras ocasiones especiales. Había tabernas, vinerías, cafés y panaderías en cuyos locales se podían consumir tipos específicos de comida y bebida. Pero no había restaurantes.

En parte, esto se debía a que los restaurantes habrían sido ilegales. La comida era elaborada por artesanos organizados en un número de gremios altamente especializados. Estaban los charcutiers (que hacían salchichas y puerco), los rôtisseurs (que preparaban carne asada y aves de corral), los fabricantes de paté, los fabricantes de pan de jengibre, los fabricantes de vinagre, los pasteleros, etc. Según la ley, sólo a un maestro fabricante de pan de jengibre se le permitía hacer pan de jengibre, a todos los demás les estaba prohibido. En el mejor caso, una familia o grupo de artesanos en particular podía obtener un permiso del rey para producir y vender unas pocas categorías diferentes de comida.

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