La bicicrítica de octubre celebraba su aniversario. En un ambiente festivo discurrió por el centro de Madrid. Quizás con menos problemas que los que lamentablemente comienzan a ser habituales. Sin embargo todo resultó ser un espejismo.
Cuando el centro de la masa llegó a la plaza de Neptuno (Canovas del Castillo) un Seat Ibiza de color negro matrícula 2902 CR* embistió contra la bicicrítica atropellando a uno de nosotros. Dicho coche bajaba temerariamente por el Paseo del Prado poniendo en riesgo a cuantos se encontraba en su camino. Después del atropello el conductor se negó a bajar de su vehículo para interesarse por la victima, denegando el auxilio obligatorio. El resto de los ciclistas intentamos que no huyera pero en un nuevo gesto temerario se dio a la fuga pasando, afortunadamente solo, por encima de la bicicleta del propio atropellado.
Todos los que estábamos allí fuimos puestos en riesgo por su conducción temeraria nuevamente. Eramos varias decenas los que rodeábamos el coche y cientos los que continuaban pasando a nuestro alrededor. Esto no evitó que el conductor arrancara temerariamente atravesando milagrosamente la masa de ciclistas sin atropellar a mas ciclistas. De hecho este punto está por confirmar. Ya que la huida provocó una gran confusión.
Tras una breve persecución el coche es parado en Cibeles donde se personó la Policía Municipal.
Hasta aquí nada nuevo. El conductor temerario estaba siendo identificado, eso si con gran cordialidad, y el Samur atendía al ciclista atropellado. Cabe destacar que la luneta trasera del Seat Ibiza negro estaba rota no pudiendo aportar mas información sobre el momento o lugar donde se rompió. En todo caso no sucedió en el atropello o primer momento de huida del lugar de los hechos.
Empiezan a llegar los nacionales, empiezan los problemas.
Dos policías nacionales de paisano llegaron en un Audi S3 rojo saludando con familiaridad al conductor temerario. A pesar de no identificarse como tales resultó evidente. Esta familiaridad hizo pensar a los testigos que el propio conductor era policía nacional, resultando ser el hermano de uno de ellos. Minutos después aparecieron varios vehículos de la Policía nacional que identificaron nuevamente a los ciclistas que estaban mas cerca. Se fue la ambulancia y sorprendentemente también los Policías Municipales .
Hay que señalar que antes de la marcha de los policías municipales uno de los policías de paisano, el que no era hermano del conductor temerario, amenazó al ciclista atropellado ante la pasividad de miembros uniformados de ambos cuerpos (Policía Nacional y Policía Municipal). Se evidenció que eran Policías Nacionales. Hasta ese momento las diligencias estaban siendo llevadas por la Policía Municipal. Se trataba de un incidente de tráfico en pleno centro de Madrid y se habían presentado antes.
Para nuestro asombro los policías municipales abandonaron el lugar y los policías nacionales uniformados se llevaron detenido al ciclista atropellado. Las cosas abandonaban el normal cauce para entrar en el del abuso de autoridad. La Policía Municipal se lavaba las manos dejaba el caso en las manos familiares del conductor temerario y estos detenían al atropellado.
De comisaria en comisaria.
En un primer momento lo llevaron a la comisaría de Retiro donde aparte de recoger las huellas dactilares le hicieron esperar. Según reconocían los no uniformados el parte medico del Samur “le libraba de una buena”. De allí fue llevado a la comisaría de Leganitos, que resulta ser la de los policías de paisano que en realidad no trabajaban ese día. A pesar de ello estuvieron en todo el momento de la detención, tanto en la comisaría de Retiro como en la de Leganitos. Como ya hemos resaltado: con actitud agresiva y chulesca con el ciclista atropellado y los testigos. Tanto el hermano del conductor temerario como su compañero.
Un grupo de ciclistas solidarios con el ciclista atropellado y detenido nos movilizamos primero a la comisaria de Retiro y posteriormente a la de Leganitos. A pesar del llamamiento hecho en la Tabacalera, donde todavía quedaban muchos participantes en la Bicicrítica, no fuimos demasiados los solidarios. Cuando llegamos a la comisaría de Leganitos nos encontramos con el coche que atropelló a nuestro compañero en la puerta. De su interior salió el hermano del atropellador que nos observaba con actitud intimidatoria desde la acera de enfrente. Su compañero hacía lo mismo desde el interior de la comisaría. Los agentes uniformados que realizaron la detención también salieron e intentaban saber exactamente que había ocurrido. Sin duda tenían que redactar un informe.
Gritamos en la puerta pidiendo la libertad inmediata de nuestro compañero y no tardaron en llegar los anti-disturbios que nos ordenaron alejarnos de la puerta de la comisaria.
En medio de la confusión había quien proponía denunciar inmediatamente en la misma comisaría y quienes proponían hacerlo en otra comisaría o mejor en los juzgados. Otros compañeros que intentaron denunciar los hechos en otra comisaría llegaron a Leganitos. Desde el resto de comisarías te derivaban a la de Leganitos. Estaban concentrando la información. Tenían un ciclista detenido por haber sido atropellado y un informe por redactar.
Se fue consolidando la idea de retrasar la denuncia y buscar mas testigos de los hechos. Para ello se hizo circular dos hojas para apuntar el nombre y contacto de los testigos presentes. Una de las cuales, en medio de la confusión, fue extraviada a pesar de los llamados. Probablemente quien la “extravió” iba en bici.
Se hizo una nueva lista y acordamos recopilar la información y denunciar los hechos en los medios a los que tengamos acceso para buscar mas testigos. El grupo se disolvió y quedaron unos amigos del detenido que esperaron a los familiares. 4 horas después fue nuevamente trasladado, esta vez a la comisaría de Moratalaz. Nuevamente fue identificado y fotografiado. A las 4 y media recuperaba la libertad acusado de amenazas y de haber roto la famosa luneta. Solo los mas incautos son incapaces de responder a la pregunta de por qué estuvo detenido nuestro compañero. Mientras que el atropellador, hermano del policía nacional, disfrutó de su libertad, el atropellado fue detenido.
Fuimos cientos los que vimos los hechos. Para evitar tanto la conducción temeraria como el abuso de autoridad (en este caso debido al parentesco) tenemos que denunciar los hechos.
¿Hasta que grado de consanguinidad estamos dispuestos que abusen de nosotros? ¿Por que se inhibe la Policía Municipal en beneficio de la Policía Nacional viendo la situación de parentesco de una de las partes y habiendo llegado antes? ¿Por que detienen a nuestro compañero? ¿Por que lo van trasladando de comisaría en comisaría retrasando su justa puesta en libertad? Nuestro compañero nunca tuvo que ser detenido.
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