Y denunció que la capital del Sahara Occidental vive una "situación de terror" en la que los agentes marroquíes abandonan los cadáveres en las calles para sembrar el pánico entre la población.
En declaraciones a Efe, el ministro saharaui de Exteriores, Mohamed Uld Salek, afirmó que en los barrios con mayor presencia saharaui de la ciudad "están apareciendo cuerpos degollados y cadáveres con impactos de bala, algunos de ellos de niños" a los que "resulta muy difícil identificar".
"La televisión marroquí muestra imágenes aparentemente en calma de las zonas de colonos, pero en los barrios saharauis los marroquíes matan a la gente y la dejan tirada en la calles, es algo auténticamente terrorífico que recuerda a lo que hizo (Augusto) Pinochet en Chile", dijo el ministro.
Uld Salek aseguró además que "los militares y policías marroquíes queman cualquier coche saharaui que encuentran a su paso para despojarles de su medio de transporte, especialmente los antiguos Land Rover, todo un símbolo que sustituyó al camello de los nómadas".
Asimismo, denunció que "decenas de policías de paisano y colonos marroquíes armados con cuchillos y palos allanan las viviendas saharauis, golpean a la gente y se llevan a muchas personas sin saber adonde".
El ministro aseveró que "mucha gente se encuentra desaparecida", algunos porque huyeron tras la entrada de las fuerzas marroquíes en el campamento de protesta de Gdeim Izik, donde les quitaron sus teléfonos móviles y de los que no se tiene ninguna noticia.
"Esperamos que el Consejo de Seguridad adopte una posición clara y contundente condenando los hechos y enviando urgentemente una misión de investigación a la zona", dijo el dirigente saharaui, que demandó también a la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) que informe detalladamente sobre lo que está sucediendo.
Por su parte, el Ministerio saharaui de los Territorios Ocupados confirmó hoy que los cadáveres de ocho civiles saharauis, entre ellos un niño de siete años, han sido encontrados a orillas del río Saguia el Hamra y en diferentes barrios de El Aaiún.
Dos de los cuerpos presentaban impactos de bala y otro las huellas de haber sido aplastado por un vehículo durante la entrada al campamento de Gdeim Izik, según un comunicado de este departamento.
El niño fue encontrado en el barrio de Duerat de El Aaiún y murió "a causa de la violencia de las milicias de colonos dirigidas por la Policía y las agresiones que ejecutan tras los allanamientos de viviendas saharauis", señala la nota.
El Gobierno saharaui ha cifrado los heridos saharauis en 723 y en más de 150 las personas todavía desaparecidas.
Rabat fija medidas raciales para marcar a los saharauis
La guerra abierta en El Aaiún está dejando imágenes para el horror, pero ayer se coló una que marca las distancias sobre la igualdad ciudadana que Marruecos viene pregonando desde hace 35 años. Por vez primera, la Administración de Rabat ha autorizado la aplicación de medidas raciales para distinguir a la población residente en El Sáhara Occidental.
Ayer entró en vigor una medida polémica con la autorización tácita de Naciones Unidas que recuerda a las prácticas del Nacional Socialismo de la Alemania de entre guerras. Los marroquíes oriundos (conocidos como colonos o norteños) caminan por las calles con gorras blancas, mientras que a los saharauis autóctonos se les exige que sus rostros sean visibles si se ven obligados a salir de sus casas.
La decisión causó perplejidad entre las asociaciones de derechos humanos, que no han dudado en reprobar la decisión por «racial», «fuera de lugar» y sumamente «arriesgada» para garantizar la convivencia después de los incidentes.
Pero la wilaya se desentendido alegando que la orden «viene de más arriba». Desde ayer, es imperativo legal en El Aaiún acudir al trabajo, a las cafeterías, tiendas o centros públicos con una cachucha de color blanco que distribuye la policía en los centros neurálgicos de la sociedad.
A la hora del reparto de gorras, los agentes exigen el documento de identidad. Sólo a los que acreditan su procedencia marroquí se les asigna el distintivo. Decenas de saharauis acudían ayer a los puestos para, en medio de la confusión, pasar desapercibidos con la obtención de una cachucha pero los servicios policiales son de lo más eficientes, ya que la wilaya ha elegido al personal que vive en la capital.
La seña de identidad diferencia por vez primera, desde 1975, quién es saharaui y quién es marroquí. «Es la mayor ofensa que nos podían afligir. Nos dijeron que éramos uno. El rey y su padre hablaron siempre del regreso a la madre patria. ¿Cómo es posible ahora que nos diferencien como súbditos de segunda?».
Un portavoz oficial próximo a la wilaya señaló a este periódico que se trata de una medida transitoria. «Es por unos días y no afecta a todo el mundo. Sólo a los hombres. Permitirá recuperar cuanto antes la calma y bajar la tensión. Es preventivo y nada tiene que ver con cuestiones raciales. Marruecos es el dueño y señor del territorio y todos los saharauis son marroquíes, incluidos los hermanos de Tinduf».
Canarias7
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