El CIRE (Centre d’Iniciatives per la Reinserció) es una empresa pública, dependiente del Departament de Justícia que nació en 1989. Con un hipócrita discurso en el que se habla de las penas privativas de libertad no como un fin, sino como un medio y un instrumento pedagógico, el CIRE se intenta consolidar como monopolio del trabajo en prisión.
Un ejemplo: La bossa catalana que se vende en Vinçon está realizada por presos. Incluso sea quizá el motivo por el cual tiene tanto éxito. Últimamente se está realizando una campaña en la que se nos dice lo valioso que es este trabajo para la futura reinserción del preso en la sociedad.
Como ya se indica en el artículo 26 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, el trabajo es un derecho y un DEBER del interno. Esto deja abierto un posible frente como el que se está dando en EE.UU. y Gran Bretaña, donde en las cárceles privadas (construidas, gestionadas y dirigidas por empresas, o sea, cuyo único objetivo es el beneficio económico) se está obligado a trabajar con el riesgo de ser metido en régimen de aislamiento -23 horas al día encerrado, sin contacto con otra gente- si no lo hacen. Y esto lo pretenden importar a nuestro país los señores del C.I.R.E.
Por otra parte queda por ver cómo trabajos mecánicos y en cadena ayudan a aprender un oficio, cuando son precisamente trabajos que no requieren ningún aprendizaje. Estos presos serán reinsertados a la sociedad como otro de los millones de robots que realizan trabajos sin ningún tipo de creatividad o de interés por lo que se hace o deja de hacer. Otra persona más en la no-vida del sistema capitalista. Viendo además la casi imposibilidad de por ejemplo estudiar una carrera dentro de la cárcel, debido a la burocracia y el “buen hacer” de carceleros y demás gentuza, vamos cuál es la verdadera cara de su “reinserción”.
Hace unos años el preso tenía la posibilidad de acortar su condena si trabajaba: dos días de condena menos por cada día trabajado. Hace unos años el Código Penal fue modificado por el PSOE el año 1995. La casi total extinción de beneficios penitenciarios por trabajo supone una vuelta atrás de casi 200 años en los códigos penales, incluso las diferentes dictaduras las contemplaban.
Quizá palabras demasiado duras para convencidos demócratas...
Cada nuevo Código Penal no hace más que endurecer las penas, crear nuevos delitos, alargar el período máximo de estancia en prisión… Así que no debe sorprendernos la masificación en las cárceles de las que tanto se habla. Pero siempre hay una solución, bien alejada de los “nobles objetivos” de la reinserción: más presos y más cárceles, por lo tanto más trabajadorxs encarceladxs para aumentar el beneficio de las empresas. Y es que nos venden la moto de la panacea de la democracia. Hay que tener en cuenta que desde el fin de la dictadura, el número de presos en el estado español se ha multiplicado por 5.
Hablando de nuevo específicamente del CIRE, hay que tener en cuenta que es esta empresa pública la que emplea directamente a los encarcelados. Las empresas que deseen contratar mano de obra más barata, manejable y sumisa lo harán mediante el CIRE. Aunque recientemente se enfoque al CIRE desde la perspectiva de “una línea de fabricación propia: Made in CIRE”. Un buen negocio sin duda, del que se aprovechan rancios clanes del poder catalán: su antigua directora era Marta Ferrussola, esposa del ex “molt honorable” Jordi Pujol; actualmente, la jefa de nuevos proyectos del CIRE es María Teresa Samaranch, hija del ilustre fascista reciclado en cabeza del olimpismo, Juan Antonio Samaranch. Otra gente con grandes atribuciones dentro del CIRE son, o fueron, exdirectores de cárceles (Manuel Revuelta), fantástico ejemplo de aprovechamiento y tráfico de influencias.
Mi objetivo es hacer pública una situación de explotación casi colonial en las cárceles catalanas.
Saludos.
http://www.denuncia-social.com/cire-explotadores-de-presos/
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