“La oferta del gobierno no resuelve nada”, dijo Natividad Llanquileo, vocera de los presos que mantienen el ayuno desde hace 70 días en la cárcel de Concepción. Los familiares de los 34 mapuche sumaron sus voces. Piñera no incluyó ni a las organizaciones indígenas más radicalizadas ni a los representantes de los presos.
Los mapuche rechazaron ayer [por el lunes] la mesa de diálogo anunciada por el gobierno chileno y afirmaron que no pondrán fin a la huelga de hambre que ya lleva 72 días. Desde la Concertación, criticaron la propuesta del presidente Sebastián Piñera, pero pidieron a los comuneros que depongan su medida.
“La mesa es sólo una maniobra comunicacional del gobierno para hacer creer a la opinión pública que están dispuestos a conversar”, dijo a una radio local Rodrigo Curipán, vocero de los huelguistas encarcelados en la ciudad sureña de Angol. Los familiares de los 34 mapuche en huelga de hambre también se sumaron a las críticas hacia La Moneda. “La oferta del gobierno no resuelve nada”, disparó Natividad Llanquileo, vocera de los presos que mantienen el ayuno en la cárcel de Concepción. “A nosotros el gobierno no nos ha invitado y por otra parte no nos interesa; lo que nos interesa es resolver la huelga. Creemos que ellos (el Ejecutivo) están jugando con la vida de los comuneros”, añadió. “Van a instalar su mesa de diálogo que no representa a nadie más que a ellos. Además, les interesa confundir a la opinión pública”, se quejó Llanquileo.
Por su parte, Erick Millán, vocero de los familiares de los presos mapuche en Temuco, denunció que el gobierno de Piñera intenta hacer ver que se soluciona el problema. “No hemos recibido ningún llamado, así que no vamos a sentarnos en la mesa”, le dijo el portavoz a la cadena Telesur. Millán anunció que la protesta seguirá hasta las últimas consecuencias, si no se les retiran los cargos a los comuneros por comisión de presuntos actos terroristas.
Durante las fiestas del bicentenario, el mandatario chileno anunció un diálogo amplio con las comunidades mapuche, que se iniciaría hoy en la ciudad de Temuco. La promesa oficial había sido dialogar y escuchar las demandas históricas de los pueblos originarios con respecto a la posesión de la tierra, la cultura y la integración social. Sin embargo, la oferta del presidente no incluyó ni a las organizaciones indígenas más radicalizadas ni a los representantes de los reclusos que llevan casi tres meses de huelga de hambre. Los mapuche encarcelados se consideran presos políticos y exigen que no se les aplique la denominada Ley Antiterrorista. Ese instrumento jurídico data de la dictadura pinochetista (1973-1990) y habilita el doble procesamiento ante tribunales civiles y militares. (...)
Resumen Latinoamericano
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