9 sept 2008

L'homicidi d'un senegalés causa dues nits de violència en Roquetas

Los compañeros del fallecido incendiaron de madrugada
dos viviendas y varios vehículos y provocaron cuatro
heridos entre las fuerzas de seguridad
ROSABEL RODRÍGUEZ / J. ANDREU - Roquetas de Mar - 08/09/2008
La muerte a puñaladas de un inmigrante senegalés de 28 años el
sábado convirtió en un polvorín el barrio marginal de Las 200
Viviendas de Roquetas de Mar (Almería) durante el fin de semana.
El homicidio, supuestamente perpetrado por un hombre español de
etnia gitana en una disputa por tráfico de drogas, según la
Subdelegación del Gobierno, dio paso a siete horas de graves
disturbios en la barriada la madrugada del domingo, que se
reprodujeron anoche. El ánimo de venganza de los amigos del
fallecido acabó con el incendio de dos viviendas particulares, una de
ellas propiedad del supuesto homicida, y ataques a las fuerzas de
seguridad, con tres agentes heridos. Cuatro personas, todas de
origen subsahariano, fueron detenidas tras el tumulto.
El fallecido, de iniciales O. K., trabajaba en los invernaderos que
constituyen la principal industria del Poniente almeriense y que han
hecho que Roquetas cuente con una población inmigrante del 25%.
Casado y con dos hijas, O. K. residía en España desde hace al menos
tres años, según sus amigos. Ellos relatan que sobre las 21.45 del
sábado, el hombre se vio envuelto en una reyerta en la que recibió
una puñalada que le dejó herido de muerte sobre el asfalto de la
calle de Pedro Salinas. Los compatriotas del fallecido aseguran que
éste no estaba envuelto en ningún asunto turbio y que fue atacado
cuando trataba de poner paz en una pelea.
El presunto homicida, un español residente en las cercanías, huyó
tras el enfrentamiento. Los amigos del fallecido se concentraron
rápidamente en el lugar del crimen. "Estábamos enfadados y muy
nerviosos. Habían matado a un inocente de forma muy cobarde",
relataron algunos de los allegados. Otros aseguraron que O. K. se
limitó a mediar en la pelea para tratar de calmar los ánimos. "Se ha
muerto en nuestras manos y es muy doloroso para nosotros",
afirmaron dos conocidos del fallecido. La concentración espontánea
degeneró rápidamente en una ola de violencia que se generalizó en
el barrio. A primera hora de la madrugada, la multitud quemó dos
bloques de viviendas en las calles Gerardo Diego y Saturno. En el
primer bloque está el domicilio del presunto homicida. Numerosos
vecinos coinciden en que en esa vivienda se trapicheaba con droga.
Tras el incendio de los dos inmuebles, el grupo de alborotadores
levantó barricadas en los accesos a la zona de la reyerta, quemó dos
vehículos particulares, prendió contenedores e impidió que las
fuerzas de seguridad y los bomberos trabajaran en el lugar.
Los primeros agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil que se
desplazaron a la zona fueron recibidos a pedradas y botellazos,
tanto a pie de calle como desde las azoteas. Hasta que llegaron
refuerzos, ni los bomberos ni las fuerzas de seguridad lograron
entrar en la barriada de Las 200 Viviendas. Siete horas después de
la puñalada, la Policía Local, 20 patrullas de la Guardia Civil y
efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) del
instituto armado (antidisturbios) lograban dispersar a la multitud.
Siete vehículos policiales y dos camiones de bomberos sufrieron
daños.
Dos agentes de la Guardia Civil y uno de la Policía Local resultaron
heridos con traumatismos de carácter leve durante los disturbios.
Los africanos detenidos fueron identificados como E. F., sudanés de
19 años; B. O., nigeriano de 31; A. C., de 33, y P. G., de 30, ambos de
Guinea-Bissau. La policía les imputa, aparte de los daños causados
por los desórdenes públicos, sendos delitos de atentado y resistencia
grave a la autoridad, informa Efe.
"Tratábamos de encontrar al culpable que mató a nuestro
compañero, pero no queríamos que las cosas pasaran así, no
pudimos controlarlo", se justificaban esquivos ayer dos compañeros
del fallecido. "No tenemos problemas con nadie, no venimos a
España a buscar pelea, sino a ganar algo que darle a nuestras
familias", agregaban antes de pedir que se haga justicia y que se
detenga al homicida.
Durante todo el día de ayer, el barrio de Las 200 Viviendas bulló en
una gran agitación, pero fue a las nueve de la noche cuando
comenzaron a registrarse los primeros episodios de violencia.
Grupos de subsaharianos cortaron el tráfico con barricadas,
quemando depósitos de basura y vehículos. En la carretera de La
Mojonera ardía una scooter. "Nos han reventado a pedradas",
explicaban dos jóvenes que llegaban a un centro de salud cercano,
uno de ellos sangrando por la cabeza.
La Guardia Civil y La Policía Local acordonaron la zona y efectuaron
numerosas cargas. Sin embargo, la violencia continuó a lo largo de
la noche. Hubo ataques a comercios y numerosas personas
resultaron heridas por el impacto de piedras. Un guardia civil
recibió una pedrada que le destrozó el tímpano, según fuentes del
centro de salud. También se registraron casos de viandantes
golpeados por pelotas de goma por los antidisturbios.
La ciudad se convirtió en escenario de numerosas batallas
campales, con helicópteros sobrevolando el barrio y gritos racistas
por ambas partes: "Gitanos, mierdas, os vamos a matar", gritaban
los subsaharianos en acusación por la muerte de su compatriota O.
K. la noche anterior. "Morenos,preparaos", se oía de la otra parte.
La asociación Almería Acoge descartó ayer que la muerte a
puñaladas del ciudadano senegalés en Roquetas de Mar se deba a
un brote xenófobo. El presidente de la ONG, Juan José Castillo,
achacó las algaradas del domingo a la "complicada" situación que
vive la barriada de Las 200 Viviendas. "Se ha encendido la mecha y
ha explotado de pronto sin más", afirmó Castillo a Europa Press.

(antifeixistes)

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