Hace ya algunos meses algunos medios de comunicación locales publicaron la noticia de la detención de un joven burgalés acusado de pertenecer al denominado DOOM Team, uno de los grupos de hacker informáticos más activos de los últimos tiempos. Entre sus acciones se cuenta el ataque a la web de varias empresas multinacionales y el “dafece” (desfiguración) de las portadas de los sitios web de la agrupación provincial del Partido Popular y la web nacional de Izquierda Unida.
Entre los ataques supuestamente perpetrados por este grupo se citan varias webs gubernamentales de EE.UU. , Latino América y Asía, en las que colocaban mensajes reivindicativos de carácter anarquista.
Medios nacionales han definido a este grupo como “la banda de hackers más temida del mundo” que se consideraban a si mismos de forma burlesca como “un laboratorio de investigación sobre seguridad informática”.
Las detenciones y posterior registros domiciliarios se produjeron el 17 de mayo, jornada en la que se celebra el día de internet.
Pirata 2
Desde este diario digital hacemos llegar nuestra solidaridad con el joven burgalés detenido por estos hechos. Hasta el momento, por una razón u otra, nada habíamos aportado al respecto desde DV; buscando información a través de la red hemos dado con algunos artículos interesantes, entre ellos destaca la entrevista realizada por la periodista de Diario de Burgos, Patricia C.P., a dos inspectores de policía.
El tono de la entrevista es el que el citado medio local acostumbra a ofrecer, esta vez de la mano de una de sus más destacadas “profesionales de la desinformación” cada vez más próxima, según parece, a los medios policiales.
“Pero ¿la banda ancha llega hasta aquí? Algo similar debieron preguntarse los policías llegados de Madrid cuando sus colegas de la Brigada Judicial de la Comisaría de Burgos les guiaban por las sinuosas curvas de la Nacional 627 hasta una pedanía de Basconcillos del Tozo. No muy lejos de allí, aún buscan petróleo sin saber que podría resultar más rentable exprimir el cerebro de este chico.
Son 41 vecinos censados, aunque solo cuatro votaron en las últimas elecciones y apenas el doble residen a diario en la única calle del listín telefónico. Son 41 vecinos censados y uno de ellos, famoso. Su nombre en clave figura junto al de otros tres como presunto integrante de uno de los grupos de ‘hackers’ -piratas informáticos- más activos del mundo. ¿Será ka0x? ¿O an0de? ¿Quizás Xarnuz? ¿Por qué no piker?
Los integrantes del Grupo de Seguridad Lógica de la Brigada de Investigación Tecnológica del Cuerpo Nacional de Policía lo saben pero no quieren repartir los apodos. Sería identificarles, al menos ante su mundo virtual. En realidad, el grupo D.O.M. Team está conformado por cinco jóvenes pero dos son hermanos residentes en Sabadell. Otro vive en una localidad valenciana y el quinto, también de 16 años, en Málaga.
Además de proteger la intimidad de este y del menor burgalés, los policías persiguen cerrar una operación que les ha dejado abundante material. Una veintena de equipos informáticos con discos duros de enorme capacidad -hay uno de 500 gigas- les permitirán conocer si tenían algún otro socio o quién mandaba más. «Aunque teóricamente en los grupos anarquistas no existe un líder, sí puede haber alguien que tire más del carro. La operación está abierta y no descartamos que del análisis del material podamos obtener información que apoye la participación de alguno más que del resto» y al contrario, avanza la inspectora jefe Nieves Gamoneda.
Supuestamente, atacaron en dos años 21.000 páginas web y consiguieron desfigurar -’deface’- sus portadas o incluso variar los contenidos. La relación de sitios asaltados figura en la página www.zona-h.org, «que es el referente dentro de la comunidad ‘hacker’ para este tipo de hechos», explica Jesús Martín, jefe del Grupo de Seguridad Lógica, para subrayar que a pesar de esta actividad «tan grande, ellos estaban en el quinto puesto de la lista, lo que quiere decir que hay otros cuatro grupos aún más activos», remarca.
Les ha sorprendido que solo haya españoles. «De hecho, tenemos constancia de que mantenía contactos con personas que se dedican prácticamente a lo mismo en otros países», sobre todo latinoamericanos. También se quedaron perplejos al conocer el hábitat del burgalés. «Pero el perfil es normalmente el de gente muy joven, con una personalidad ciertamente introvertida. Vivir en un medio así» con escasas alternativas de ocio puede haber condicionado, en opinión del inspector, sus inclinaciones. Informáticas, porque no creen que el anarquismo haya tenido un peso determinante en sus acciones.
Sí «la necesidad de pertenencia a un grupo», muy común entre los adolescentes y más para los ‘hackers’. Así les resulta «más fácil aprender, se intercambian información». ¿Y también compiten? Si están dentro de un grupo, entre ellos, no. Lo que sí les gusta es jactarse de ello, de lo que han hecho porque así demuestran que son buenos», explica Gamoneda.
Aunque no llegan a triunfar tantos como cuenta la leyenda urbana, sí se conocen casos de ‘hackers’ que acaban contratados por las grandes de la informática. Podría ser su caso. Sacaría petróleo a la interminable cantidad de horas que ha invertido en hacer el mal en internet. Porque pese a su interés por erigirse en guardianes de la seguridad en la red, sí causan daños. «Hay otras formas de evidenciar malas praxis o errores», apunta la inspectora jefe, al tiempo que remarca la doble dificultad de este tipo de operaciones policiales. En primer lugar, porque necesitan evidencias y una denuncia previa -que no suele llegar de las empresas- y porque «ellos están muchas horas en la red pero a nosotros nos cuesta mucho más. Internet deja rastro pero encontrar el rastro es complejo», remarca.
En estos casos, los padres no saben de huellas ni de pistas. Solo que su hijo pasa demasiadas horas delante del ordenador y que «sabe mucho pero nunca piensan que lo que está haciendo puede ser una actividad ilícita», aclara. Al inspector Martín, más que la faceta delictiva, le preocupa «el aspecto humano de la operación policial. Porque estos chavales serán los directivos de las empresas dentro de 15 años» como mucho. Y la ética se aprende en la vida real, no en comunidades virtuales.
P.C.P”
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