Los periodistas, los políticos y el sector inmobiliario hablan contínuamente de lo degradado que anda el Cabanyal. Sus palabras no sirven, en la mayoría de ocasiones, mas que para fomentar la confusión y alimentar el enfrentamiento entre vecinos. La frontera que delimita quien degrada el barrio y quien no lo hace no la marcan las escrituras de propiedad, la realidad no es tan simplona.
-Hay propietarios que apoyan la prolongación y los planes del ayuntamiento y, con ello, favorecen la degradación dirigida por las instituciones locales.
-Hay propietarios que por sus actitudes cargadas de prejuicios, egoístas e insolidarias con sus vecinos contribuyen a su propia degradación como personas y a la degradación de la convivencia en el barrio.
-Hay propietarios que han mantenido y mantienen casas en estado de abandono con lo que contribuyen al abandono del barrio.
-El trapicheo, permitido y dirigido, se concentra en ocasiones en casas legalmente alquiladas o compradas.
Meterse a vivir en una casa abandonada es ilegal, pero no necesariamente degrada la casa ni el barrio.
-Hay familias con pocos recursos que entran a vivir en edificaciones que llevan años abandonadas y que, sin enturbiar la convivencia vecinal, dan vida de nuevo a esas casas.
-Hay quien toma casas y locales abandonados por sus propietarios hace años o vendidas por estos a Cabanyal 2010 y las revitaliza con la intención oponerse a los planes de destrucción del barrio.
Los periodistas, los políticos y el sector inmobiliario contribuyen a la degradación de la convivencia en el barrio al fomentar la confusión y el enfrentamiento entre vecinos.
El mayor propietario legal de casas en el barrio es Cabanyal 2010, quien al mismo tiempo es el mayor factor de degradación dirigida contra el barrio.
La lucha contra la degradación es la lucha por la revitalización del barrio en el sentido de recuperar la vitalidad de sus calles y de las relaciones entre vecinos. Esto solo será posible enfrentándonos directamente contra las instituciones e intereses que pretenden destruirlo para beneficio propio.
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