Un preso, natural de Marruecos, murió el pasado jueves al quedar aprisionado por la puerta de su propia celda. Las heridas sufridas en el tórax fueron tan graves que no se pudo hacer nada por su vida. Kador A. F., de 21 años, se disponía a salir al patio junto con los demás reclusos cuando un fallo en el sistema de seguridad de las puertas de las celdas provocó que quedase aprisionado. Estas puertas hidráulicas poseen un mecanismo que precisamente debe evitar este tipo de accidentes. No fue así en esta ocasión.
Los carceleros no se dieron cuenta de lo que había ocurrido hasta que realizaron el recuento en el patio y comprobaron que faltaba un recluso. Cuando subieron a las celdas se encontraron con Kador A.F. atrapado por la puerta, ya muerto.
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