Un preso vitoriano de 31 años, J.B.C., murió el pasado 30 de diciembre en la cárcel de Nanclares de la Oca, en extrañas circunstancias, según informó Salhaketa, la asociación de Apoyo a Personas Presas, que también denunció que suma la muerte número 15 en esta prisión desde diciembre de 2004.
El fallecido era padre de dos niñas pequeñas, de tres años y de tres meses respectivamente. Fue detenido el 19 de diciembre e ingresó en prisión el día 21. Tras pasar el 29 por el juzgado volvió de nuevo a Nanclares, al parecer al módulo 5 de aislamiento. Al día siguiente, fue hallado muerto «por motivos no naturales, en extrañas circunstancias y sin esclarecer», según Salhaketa que cita fuentes de personas cercanas. Su pareja recibió la noticia a través del médico forense encargado de la autopsia.
A juicio de la asociación de apoyo a los presos se trata de una nueva crónica de muerte anunciada en las cárceles. Según los datos que maneja la agrupación son ya 26 las personas fallecidas durante los últimos cuatro años en los centros penitenciarios ubicados en la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra o que tienen residencia administrativa en ambas autonomías pero han muerto en otras prisiones del Estado. Quince de ellas han fallecido en Nanclares de la Oca.
Salhaketa denuncia «la política de ocultamiento y retraso en la información por parte de la dirección del Centro Penitenciario de Nanclares». La asociación considera que el Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la vida y reclama que la atención médico sanitaria en la prisión se practique con todas las garantías. Igualmente pide que el Ministerio Fiscal investigue con eficacia esta muerte y depure, si procede, las responsabilidades políticas, administrativas y penales que se desprendan de este hecho.
Salhaketa reclama de una manera especial el final de los regímenes de incomunicación y aislamiento dado que parece que J.B.C. fue enviado a un módulo de estos.
El Correo Digital
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