Hoy es 11 de Septiembre. 7 años atrás, dos aviones se estrellaron contra las Twin Towers (Torres Gemelas), causando la muerte de 3000 personas inocentes. Hoy, se vuelve a recordar aquella trágica escena, un acontecimiento que marcó el inicio de las políticas estadounidenses más agresivas y horrorosas del nuevo siglo XXI.
El presunto ataque terrorista perpetrado por una supuesta célula de Al-Qaeda encabezada por la estrella mediática Bin Laden (aun en paradero desconocido), que operaba desde las inhóspitas montañas de Afganistán, fue el objetivo señalado para dar así comienzo a la “Guerra contra el Terrorismo”. El pánico y el temor a un enemigo invisible se extiende a nivel internacional. En EE.UU, se aprueba inmediatamente la “Ley Patriótica”, suspendiendo derechos y libertades constitucionales. Se crea así mismo “la Agencia de Seguridad Nacional”, y se le da potestad, entre otras, a intervenir directamente en las comunicaciones privadas de ciudadanos estadounidenses tanto en territorio nacional como internacional. La presunción de inocencia es sistemáticamente violada, y el Estado alimenta la paranoia colectiva entre la población. La obra de George Orwell “1984” cobra vida.
El 7 de octubre de 2001, USA, junto con tropas de la OTAN, invaden Afganistán bajo el pretexto que el régimen talibán se negaba a entregar a Bin Laden, supuestamente refugiado en alguna cueva de Afganistán. Seguidamente, USA, saltándose la legalidad internacional y dejando en evidencia el falso rol de Naciones Unidas, y bajo el beneplácito de países mamporreros, entre ellos Gran Bretaña y España, deciden, escudándose en acusaciones falsas y calumniosas, atacar Irak con el pretexto que el régimen de Saddam posee armas de destrucción masiva y otorga apoyo a Al-Qaeda.
7 años después, ¿qué nos queda? Afganistán es un país sumido en una guerra intermitente de muertes y sufrimiento, donde miles de civiles han perdido la vida desde comienzo de la guerra. USA y OTAN mantienen bajo asistencia artificial un gobierno títere que no tiene representación ni gobernabilidad alguna, y el país queda sumido a unos índices de pobreza escandalosos, condenado a vivir diariamente entre enfrentamientos violentos.
En Irak, la situación es trágica. Las promesas de reconstrucción de Irak no se han cumplido. El país vive sumido en una violencia inusitada donde centenares de personas mueren todos los meses, y ya son más 4 millones las personas refugiadas emigradas a países como Egipto y Siria y Jordania. USA ha convertido Irak en un infierno. La sanidad pública es inexistente, la falta de agua potable, la miseria económica (4 de cada 10 irakíes viven con menos de un dólar americano diario), el paro (la mitad de la población activa está sin trabajo y unas 8 millones de personas necesitas ayuda humanitaria para subsistir), los índices de analfabetismo entre la población infantil se han disparado escandalosamente y las promesas de inversión en el país se han quedado en vanas promesas.
Irak fue condenado a una muerte lenta y agónica. El petróleo que yace en el subsuelo, es la causa fundamental por la que el imperio americano decidió atacar. De nada sirvieron las manifestaciones, las muestras de rechazo a nivel internacional ni los informes negativos de inspectores de la ONU. USA, motivados y espoleados por los sucesos de aquel 11-S del 2001, creyeron tener la justificación perfecta para acometer sus crímenes y fechorías, con el plan de situar al imperio americano como el regidor del nuevo orden mundial. El control de las materias primas y territorios estratégicos no tendrán impedimento alguno. El fin justifica los medios, y la violencia de las armas y la muerte, su modus operandi.
Poco importa ya lo que ocurrió verdaderamente aquel 11-S; si Bin Laden fue el responsable, si en realidad es una invención, al igual que Al-Qaeda. USA ya recurrió antaño a maniobras “suicidas” para justificar guerras necesarias, como la guerra en Cuba contra España o en Vietnam. Que USA haya volado las Torres o hayan sido elementos exteriores no será más significativo que el verdadero acontecimiento. El 11-S marca el comienzo del “War on Terror”, una época marcada por el abuso, la violación del derecho internacional y la ruptura de un efímero periodo de paz que sucedió a la guerra fría. USA, país gobernado por las corporaciones más poderosas del plantea, ha desenterrado el hacha de guerra y no parece que haya vuelta atrás.
http://komikelx.blogspot.com/2008/09/11-s-un-nuevo-orden-mundial.html
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