Desde el 5 de enero de 2009 aproximadamente unos 50 trabajadores y trabajadores de esta fábrica se quedaron sin trabajo tras el abandono de sus propietarios. Ese mismo día 5 de enero, cuando los trabajadores llegaron a trabajar se encintraron un comunicado en la puerta que decía: “Ponemos en su conocimiento que por razones estrictamente financieras no ha sido posible cumplir con el pago de sus servicios, razón por la cual la planta no resulta operativa. En consecuencia, procedemos a requerirle al personal que no concurra a las instalaciones hasta que reiniciemos la actividad”, esta nota estaba firmada por Diana Arrufat, la presidenta de la empresa.
Con esta falta de respeto comunica la empresaria el despido a las y los trabajadores, que además llevan 10 meses sin cobrar. Pero ese día 5 de enero las trabajadoras y trabajadores no se volvieron a sus casas, se quedaron en asamblea permanente, han tomado la fábrica y tienen como objetivo ponerla a producir bajo gestión obrera.
Hemos podido comprobar de primera mano cómo ante un situación tan complicada hay compañeras y compañeros que no dan por perdida la batalla y comienzan a buscar salidas colectivas dando una verdadera lección tanto a la izquierda institucional como al sindicalismo, que mira hacia otro lado.
Y es que existen verdaderas posibilidades de que este proyecto se sume a otras experiencias de empresas recuperadas por los trabajadores y trabajadoras como pasó con la fábrica de cerámicas Zanón. Aquí, en Arrufat, se mantiene intacta la maquinaria y sólo necesitan que la compañía eléctrica les devuelva el suministro, ya que lo han cortado por falta de pago de la propietaria.
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