infoshop.org // traducido por alasbarricadas.org
Esta es una entrevista con un extranjero que fue a la insurrección griega durante los momentos de su apogeo descritos en Fire To the Prisons #5. Para más información sobre el levantamiento griego ver Two Hundred and 77 Street Fights: An American Insurgent in the Greek Insurrection when the same anonymous foreigner gets his shit together.
Antes de entrar en análisis, queremos saber primero, ¿qué siente al experimentar una insurrección alguien acostumbrado a la parálisis del estilo de vida "americano"?
La experiencia ha sido increible. Sin embargo, la lucha en Grecia es mucho más activa que en los EEUU, me recorbaban constantemente compañeros griegos que este era un momento especial e inesperado para todo el mundo. El levantamiento se extendió a esferas de la vida y a sectores de la sociedad que no están habitualmente marcados como "politizados", y podías sentir los aspectos más mundanos de la existencia revitalizados con una nueva energía. Durante mi estancia en Atenas, un paseo tranquilo por la calle despertaba emociones extremadamente intensas, porque era imposible no sentir la insurrección cambiando cada relación entre la gente y un mundo que estaba haciéndose suyo.
¿Porqué sentiste la necesidad de viajar por medio mundo para experimentar estos momentos?
Como insurreccionalista, siento la necesidad de ir allá donde está la insurrección. Bueno, en realidad, por supuesto estaba ciertas motivaciones "egoistas" de fetichismo de los disturbios en mi decisión de ir a Grecia, y creo que es una motivación perfecta. Desconfiaría de alguien que alegara alguna razón de obligación moral como justificación para una decisión tal.
Así que, estaba sentado en un puto cubiculo, refrescando constantemente mi navegador para buscar nuevas imágenes de policías inmolados en Atenas, intentando a la vez que mis compañeros de curro no notaran que la zona de la entrepierna de mis vaqueros se estaba empapando con cada click de ratón. Honestamente no puedo ver ninguna razón para quedarme confinado en mi helada oficina/cubículo cuando podría estar haciendo barricadas en un clima bastante más cálido. Ahora, volviendo a recordar mi tiempo allí, está claro que si nunca hubiera ido a Grecia nunca habría tenido todas estas bonitas experiencias que te comenté en la pregunta previa. Estos maravillosos momentos dan todas las razones, argumentos y consecuencias de mi viaje.
Aunque claramente muchos en todo el mundo y en los EEUU han sido inspirados por la revuelta griega (de ahí, la enorme muestra de solidaridad con la insurrección griega internacionalmente), algunos se sienten desanimados por las circunstancias que coartan los momentos insurreccionales en sus vidas diarias. ¿Cómo explicas el apoyo popular a la revuelta que ayudó a crear momentos insurreccionales como los que viviste en Grecia, o más en concreto, el apoyo general a un uso intensivo y despiadado de la violencia contra el estado y otras fuerzas y símbolos del control?
El odio a la autoridad y al estado que atraviesa la mayoría de la cultura moderna de Grecia es una de las principales explicaciones del apoyo popular. En Grecia, la acción auto-organizada y autónoma contra el estado y el capital ocurre sin la supuesta ayuda o, más frecuentemente, dañina intervención de la izquierda, sindicatos, ONGs, o organización supuestamente revolucionaria. La gente, que no se identifica explicitamente con ningún credo revolucionario, ha sido responsable de muchas de las brillantes acciones que han ocurrido en las pasadas semanas. Tipos normales han ocupado ayuntamientos y pedido la inmediata expulsión de la policía de sus pueblos y barrios. Estudiantes de instituto organizaron sus propias manifestaciones que casi siempre terminaban en violentos enfrentamientos con la policía. En un barrio gitano, se empotró un coche en llamas en una comisaría. Durante los primeros días de los disturbios, muchos de los inmigrantes de Exarchia quemaron bancos y destruyeron propiedades codo con codo con los anarquistas. Durante mi visita, un policía fue desnudado y apaleado en un barrio tranquilo de clase media por simplemente repartir tickets de aparcamiento.
Aunque estas acciones sorprendentes parecen ser una respuesta a una situación sorprendente actual, es importante reconocer que este mismo sentimiento permanece constante en las circunstancias más cotidianas. Los pequeños actos de desafíon no son una excepción, sino la norma en Grecia. Es raro encontrar a alguien pagando el metro. Grandes sectores de la población rechaza pagar impuestos. Ha habido oleadas de luchas autónomas contra el envenenamiento del medio ambiente patrocinado por el estado. Incluso los menores asuntos se encuentran con resistencia. Por ejemplo, ha sido imposible para las autoridades prohibir publicamente fumar en los trenes a pesar de una enorme campaña. Un amigo griego me describió una exhaustiva charla que dió un conductor de tren a los pasajeros casi rogándoles que no fumaran abordo. Mi amigo me contó que literalmente segundos después de que el conductor volviera la espalda, un grupo de mujeres mayores encendió sus cigarrillos al unísono. Los griegos están permanentemente levantando el dedo medio a cualquier clase de chapa o uniforme que encuentran.
En segundo lugar, el hecho de que la historia moderna griega solo pueda ser comprendida cuando tomamos en consideración una narrativa de luchas revolucionarias es de igual importancia para explicar el apoyo popular al levantamiento. A diferencia de los EEUU, las luchas contra los regímenes brutales del pasado todavía forman parte de la memoria colectiva en Grecia, y continúa influyendo el entorno popular. Las guerrillas que confrontaron a los fascistas en los 1940s y el levantamiento de la Politécnica de 1973 continuan conformando la conciencia griega. En los 90 una encuesta política intensiva concluyó que una gran porción de la población griega creía que el grupo armado 17 de Noviembre era el mejor situado para gobernar el país. El Partido Comunista, que se dividió casi a la mitad durante mi visita debido a la ridicula línea del partido de que provocadores extranjeros eran responsables de los disturbios, es el tercer partido político del país. Sin duda el PC es terrible y todo lo que se quiera, pero cualquier cosa menos revolucionario, pero creo que el tamaño del partido es un buen indicador de las políticas de izquierda -y todo lo asquerosas que son- y de que el término "revolución" -aunque para el PC tenga un significado claramente vacío- están todavía sobre la mesa en Grecia.
Las restricciones de edad que de alguna manera están impuestas en la política radical no se aplican en la misma medida en Grecia que en los EEUU. Es normal ver gente de 14 y de 60 participando en la misma manifestación violenta. También, muchos de los anarquistas que conocí tenían abuelos que estuvieron en las guerrillas comunistas, padres que tomaron parte de los levantamientos de los 70, o que venían de familias anarquistas.
Aunque Grecia haya sido fetichizada por los anarquistas del primer mundo que tienen muy poca o ninguna relación con una conexión diaria con la resistencia, reconocemos que Grecia no es una tierra de ensueño, que es una nación estado industrial del primer mundo, y que el significado de la revuelta fue creado por individuos y comunidades responsables del riesgo. ¿Qué se puede tomar de esto en los EEUU y en lugares similares?
Sin machacar las palabras, el medio anarquista en Grecia está mucho más avanzado que el nuestro en los EEUU. Así que, creo, el ejemplo más fácil para que los anarquistas americanos sigan a los griegos requiere mucho trabajo en nosotros mismos. Convertirse en revolucionarios concernidos con la revolución. Por ejemplo, el interés y la comprensión de la teoría y la historia revolucionaria no está reservado a una minoría entre los anarquistas griegos. Literalmente cada anarquista que conocí durante mi estancia era capaz de discutir teoría revolucionaria con profundidad y claridad. Un rápido vistazo a los comunicados producidos durante la insurrección prueban que los griegos están millas por delante nuestra en términos de teoría.
Sin embargo, simplemente coger un libro es una medida necesaria que tenemos que tomarnos más en serio, para un revolucionario, no se puede llegar a la comprensión en un vacío abstracto y por tanto este paso no es en sí mismo suficiente para reforzar el medio anarquista. La acción debe ser inseparable de la teoría y sólo entonces puede la especulación puede ser reemplazada por la estrategia. Con este principio tenido en cuenta, queda claro porqué los griegos son capaces de desarrollar e impulsar tácticas que superan nuestra actual capacidad. Hay un elemento claramente subversivo en sus acciones que es antagónico hacia las relaciones sociales que los anarquistas buscan destruir. Toda la mierda extraña que preocupa a los anarquistas americanos no está sobre la mesa en Grecia. En vez de un poco profundo activismo en bicicleta, los anarquistas griegos desmantelan máquinas expendedoras de tickets y cámaras de vigilancia en el metro. Los saqueos colectivos de los supermercados se practican antes que los comedores y el reciclaje de comida en la basura. En vez de trabajar con o en una ONG para ayudar a combatir los ataques a los inmigrantes, ellos luchan fisicamente junto a los inmigrantes que son atacados por agentes de policía. Confrontados directamente con estas manifestaciones de poder constituyen los anarquistas griegos una fuerza revolucionaria notable diferente de las subculturas alternativas que tenemos. Tengo absolutamente claro que la riqueza de estas tácticas de conflicto combinadas ha sido la fuerza principal que llevó a cabo la insurrección. Puede ser prematuro que nosotros organicemos algo como saqueos masivos frecuentes pero podemos aún encontrar formas de combatir directamente las relaciones a las que nos oponemos, como la distribución capitalista de los bienes. Si queremos ver que ocurra algo aqui en los EEUU como lo que está pasando en Grecia, necesitamos comenzar a desarrollar tácticas específicas a nuestra situación actual pero que de todas formas estén conformadas en torno a la misma naturaleza confrontativa.
También, en nuestros medios, nos servirá bien tratar de recrear la solidaridad que une a los anarquistas en Grecia. Para los griegos, la solidaridad revolucionaria no es un concepto para usar en los saludos por mail, sino los cimientos vivos de toda relación entre compañeros. En respuesta a un compañero preso por el estado, la solidaridad sólo se puede expresar a través de un ataque contra nuestro enemigo de clase común. Estando en Grecia, oí historias de lo más salvaje sobre acciones de solidaridad como, por ejemplo, compañeros cerrando la mayoría de Thessaloniki durante un juicio a tres anarquistas. Por este hecho, es importante reconocer que el asesinato de Alexis no sólo provocó la insurrección porque tenía 15 años, sino porque a pesar de que había sido reportado por los media, él era anarquista. Los revolucionarios americanos deberían hacerle saber a la clase dirigente que cuando le joden a uno de nosotros, destrozaremos todo. La escalada del conflicto de clases es la única manera de responder a la represión del estado y es así como el movimiento griego ha sido capaz de sobrellevar los campos de exterminio a los guerrilleros comunistas y los tanques que quemaron los estudiantes en la Politécnica. La lucha debería abrir espacio a una lucha más intensa, y esta lógica ha acorralado al estado griego y le ha hecho, en alguna medida, tolerar las sorprendentes acciones que leemos en la contrainformación.
El componente de ataque de solidaridad revolucionaria implica, lo que creo que es la más profunda de las verdades, que vamos juntos a una guerra social contra las estructuras de poder. Es normal ver a los compañeros griegos abrazándose y besándose con un afecto que nunca he visto aquí en América. Con respecto a los viejos amigo o a los internacionales recién llegados, nunca he visto que los griegos actúen con el recelo y la presuntuosidad tan habitual aquí en los EEUU. Creo que no es casual que la misma generosidad que sorprendió a George Orwell en la España revolucionaria, me sorprendiera en la Grecia insurreccional.
Por último, también es necesario descubrir métodos de extender las prácticas subversivas que desarrollamos en el terreno social, aunque esto me parece mucho menos complicado y requerirá una considerable cantidad de experimentación por nuestra parte. Como toqué en la pregunta anterior, aquellos que no se consideran explicitamente revolucionarios fueron, como poco, tan responsables de impulsar la insurrección. La gente griega ya estaba equipada con una serie de acciones que podían emplear contra el gobierno sin la ayuda de los anarquistas u otros guías. Los americanos no son aptos para realizar acciones por sí mismos, especialmente sin la aprobación de algún tipo de mediador. Los revolucionarios en los EEUU necesitan cambiar activamente este estado de las cosas.
Una cosa que veía constantemente en Grecia fue la aceptación general de que estos comportamientos o la insurrección no parecieran fuera de lugar. Las condiciones revolucionarias no caen del cielo, tenemos que llegar a ellas desde el cielo o vivir una vida de miseria permanente. La gente de carne y huersos, que ama y odia, que come, duerme y caga, puede crear una revolución social porque somos capaces de mucho más de lo que se nos obliga a hacer en este mundo sofocado por la explotación.
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