A pesar de que tradicionalmente la música de los skinheads tiene sus raíces en el reagge, el ska, el Oi! o el punk, a día de hoy vemos como el movimiento evoluciona y el número de rapados que escuchan rap es bastante alto.
No pretendemos meternos en terrenos que no nos corresponden, no pretendemos ser rapados dando lecciones dentro de la cultura del hiphop, pero vemos que tanto la escena skinhead, como la punk, la hardcore o la rapera tienen unos orígenes y unas formas de vida muy similares. Por eso es bueno que compartamos experiencias porque los chicos de la calle unidos, golpean como un solo puño.
Vayamos comparando poco a poco y vamos a ver a lo que nos referimos en el párrafo anterior:
Ambas culturas urbanas aparecen a lo largo de los años 70’s en los barrios obreros más marginados de Londres y de Nueva York.
Ambos tienen su origen musicalmente en África y las dos culturas se basan en ritmos Reggae, unos mezclados con los ritmos ingleses de rock que evolucionarían hasta el punk, el hardcore y el Oi! y los otros con ritmos más disco como el R&B o el funk y una clara diferencia técnica en la elaboración lírica.
El sentimiento antirracista ha estado presente en ambas culturas desde sus orígenes, y las figuras clásicas negras como Laurel Aitken o Tupac, son admiradas por su buen hacer sin que el racismo tenga hueco en absoluto.
Precisamente por sus orígenes marginales pero de clase trabajadora la protesta social y las expresiones de lucha popular han sido una constante. Así podemos encontrarnos con letras punk/hardcore/oi/rap contra la opresión de los ricos o la explotación del trabajo, contra el racismo o contra la clase política capitalista.
Todas estas culturas están impregnadas de principio a fin y de forma más o menos clara, según el caso, de un fuerte sentimiento de izquierdas.
Pero también se ven afectadas por las mismas lacras que el resto de la juventud de la clase obrera: apoliticismo y falta de conciencia, machismo, frivolidad y/o banalidad en algunas letras y actitudes.
Para intentar dejar fuera del movimiento este tipo de actitudes, desde algunos grupos de música cercanos a los ideales RASH surgió lo que se ha dado en llamar como Rock Proletario Internacional, que agrupa a bandas de todo el mundo bajo la premisa de difundir de forma organizada y sistematizada las ideas revolucionarias marxistas-leninistas entre la clase trabajadora.
Núcleo Terco (Madrid), Komintern 43 (Colombia) o Más allá de los dogmas (Perú) son algunas de las bandas que conforman esta corriente político-musical.
En la misma línea de difusión de ideas revolucionarias, pero utilizando otro estilo musical, esta vez el rap, nace en Francia lo que se conoce actualmente como rap consciente.
Originado en los barrios deprimidos de Sant-Denis, a las afueras de París, por hijos de inmigrantes y refugiados políticos aboga por una conciencia política, social y militante del rap.
En sus letras encontramos referencias constantes hacia el aspecto anti-comercial del rap, anticapitalismo, antisexismo o internacionalismo englobadas todas ellas bajo la unidad que representan “el rojo y el negro”, es decir, bajo la unidad de acción de comunistas y anarquistas.
“Los textos de nuestras canciones están cargados de referencias históricas hacia las luchas de liberación nacionales, las luchas sociales, la resistencia radical al fascismo, los combates de los presos políticos…” (La K-Bine)
Rechazan, al igual que el rock proletario, el apoliticismo y la frivolidad de algunas actitudes raperas, llámese gangsta rap o como quiera que sea la forma en la que las ideas capitalistas influyan sobre el potencial revolucionario del rap.
Keny Arkana, junto a los chicos de La K-Bine en Francia con su sello Bboykonsian quizás sean la muestra más sobresaliente de rap consciente que podemos ofreceros, ya que han participado de forma desinteresada en festivales antifascistas por toda Europa.
En el estado español Los chikos del maíz, Corazón Krudo y algunos otros raperos quizás sigan esa misma línea, aunque de forma menos organizada.
Nuestra intención es extender esa misma forma de creación politico-social francesa a la escena española. Alentar este tipo de actitudes responsables y sacar el antifascismo de la cultura punk y skin, para compartirla en la calle con nuestros hermanos del rap,
Porque la esencia real de esas letras es su materialización en la realidad, ser consecuentes con ellas y luchar día a día y todos juntos, desde el barrio, desde la okupa o la mani anticapitalista por recuperar unos derechos y una dignidad que se empeñan en robarnos.
¡B- boy organízate y lucha!
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