Escribo compañeros para, con todo el respeto, pediros en nombre de mi propia persona un favor, en el que para nada yo obtengo algún beneficio. Si entre todos obtenemos algún beneficio, este, como no podía ser de otra forma, se repartiría entre todos y cada uno de nosotros. Quizás no a corto plazo, pero todos aquellos que tenemos grandes condenas, si podriamos beneficiarnos. Por todos es sabido que cuando se nos pide que formemos parte de una iniciativa de lucha, que consta de estar “algún día o más” en huelga de hambre, nos cuesta la misma vida.
Muchas veces pensamos, que somos pocos, que no va a servir de nada, que nos van a coger de cabeza de turco, etc. Casi siempre es cierto. Pero el sacrificio de la lucha requiere de ese tipo de personas dispuestas, a sabiendas de que posiblemente sean castigados, a luchar. Porque saben que el ideal que defienden es muy superior a un “puteillo pobre”. Un cacheo, una amenaza, etc. Distinto es que te quieran pegar (torturar). Esa clase de personas cansadas ya de dar la cara en tiempos pasados, incluso que nunca haya dejado de luchar y que por falta de interes o de intereses, estamos en estos días más pendientes. Porque se requiere el apoyo, la solidaridad, etc. Pero, sobre todas las cosas, necesitamos de nosotros mismos. Formar de una vez por todas una verdadera “piña”, porque hay muchas cosas en juego. Porque seguimos siendoy seremos siempre SERES HUMANOS y jamás un número de los 70.000 presos que actualmente poblamos SUS CÁRCELES, donde DEJAMOS NUESTRAS VIDAS.
Nos trasladan de cárcel a cárcel como si sólo fuesemos muebles. No les importa lo cerca o lo lejos que estes de tu familia, padre, madre, esposa, hijos, amigos, hermanos. Tras una campaña en prisión de 20 años, esos seres queridos pasan a ser menos queridos. Tu hermano (que era un niño) hoy está casado y tiene hijos. Entre ambos no ha existido un lazo, no ha existido un vínculo familiar. Pasa a convertirse en un desconocido. De los padres no quiero ni hablar, pues a muchos amigos he visto perderlos a ambos y no dejarles ni estar en el entierro.
Somos seres humanos que padecemos los mismos problemas que las personas no presas. Según sus leyes seguimos formando parte de la sociedad. Su sociedad. Pero en cambio estamos callados, viendo venir lo que nos ha caído encima y lo que nos va a venir. Es lamentable vivir a remolque de nuevas ordenes, según quien las de. Por lo general no protestamos por nada. No nos quemamos por casi nada, y para colmo cuando se nos insta a que formemos una piña que plante cara al desproposito general que existe actualmente, nosotros los presos, nos ponemos a poner “TRABAS”.
¿Hasta dónde estamos capacitados a ir para poner fin al abuso? ¿Por qué hemos de tragar LAS CADENAS PERPETUAS CAMUFLADAS?
¿POR QUÉ NO LUCHAMOS POR ESTABLECER UN TOPE DE CONDENA, PARA TODOS LOS PAÍSES DE EUROPA, DE 20 AÑOS REVISABLE A LOS 15?
¡¡EL NO YA LO TENEMOS!! LUCHEMOS A FAVOR DE ESTA PROPUESTA.
Antonio Rubiales Puerto
C.P. Puerto I
Ctra. Jerez-Rota km 5,4
11500 Puerto de Sta María (Cádiz)
Ver más en la sección Penas de larga duración, de Tokata
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