22 feb 2010

[Texto - Blaumachen] Diciembre 2008. Un intento de detectar la fuerza y los límites de nuestra lucha

Una detallada explicación de la revuelta de Diciembre 2008 en Grecia. Escrito por Blaumachen.

El Estado asesina desde los puestos fronterizos hasta las comisarías (escrito en un muro)

Pese a que el Estado y los medios de comunicación hayan intentado reducir lo ocurrido en Grecia en diciembre de 2008 a una “revuelta de los jóvenes” -que, a causa de la sensibilidad propia de su edad, tienen todo el derecho a reaccionar contra el mundo de los mayores-, existen algunos elementos que hacen de estos acontecimientos los más importantes en la historia de Grecia de los últimos 35 años. Fue una sublevación de una minoría de la clase obrera que vive en esta pequeña parte del mundo. Con sus acciones, esta minoría criticó las relaciones sociales que existen actualmente en el mercado de trabajo, el comercio y el Estado. Esta crítica destructiva y al mismo tiempo constructiva no tuvo un carácter reformador sino anticapitalista, y ha formulado la necesidad de superar las relaciones sociales expresadas en el mundo capitalista.

“Remember, remember the 6th of December” fue una frase bastante común en las calles atenienses. Desde la noche del asesinato del joven estudiante y durante algunos días se manifestaron las acciones de una multitud cuya mayoría estaba representada por jóvenes proletarios (pero no sólo ellos participaron): ataques a policías y comisarías, incendio de sucursales bancarias, destrucción y saqueo de comercios, actos vandálicos contra ministerios, ocupación de universidades, ayuntamientos y otros edificios públicos. Los ataques a los comercios de lujo comenzaron esa misma noche (6 de diciembre), es decir, se relacionaba directa y evidentemente el asesinato del escolar de 15 años con la soberbia y desfachatez del capital. Hubo también ataques sistemáticos a concesionarios de coches, semáforos, paradas de autobuses, etc., es decir, contra todos los símbolos del tráfico urbano. Los ataques contra los bancos –que concentran y materializan el espíritu de dominación del capital sobre las necesidades de la gente- eran enfurecidos, y en todo momento desde los primeros días de la revuelta hubo intención de prenderles fuego.

En las calles de las ciudades sublevadas se encontraban escolares –entre ellos muchos inmigrantes “de segunda generación”-, estudiantes universitarios, trabajadores jóvenes y parados, proletarios griegos e inmigrantes, y unos cuantos “con trabajo fijo”. La revuelta, que sucedió en un momento en que la crisis del sistema capitalista evoluciona en todas sus facetas, evidenció la firme convicción de los jóvenes de que el futuro les “había sido saqueado” (como dijo Mike Davis en una entrevista). La revuelta de Diciembre 2008 no fue un movimiento contra la arbitrariedad de la policía o la represión. Puede entenderse el hecho de que la represión fuera el objetivo del ataque proletario, si vemos el disparo de un madero cualquiera como lo que realmente es: la expresión real de un Estado que debe intervenir de forma cada vez más represiva contra un proletariado que lo tiene cada vez más difícil para reproducirse en el actual mundo capitalista. Del mismo modo, no es un movimiento contra el Gobierno: las acciones de los sublevados, que empezaron a causa de la baja calidad de vida, se dirigieron contra el futuro del mundo capitalista.

Es importante señalar que la particular estructura urbanística del centro de Atenas contribuyó –con la anulación de la fractura entre los barrios en los que viven dichos “rebeldes” y los habitados por inmigrantes- al encuentro de diferentes sectores del proletariado durante la revuelta. La Avenida Patissíon una vez más ha jugado su papel histórico, es decir, el de ser la avenida de los enfrentamientos de clase. Esta importante arteria se encuentra en un triángulo geográfico cuyos vértices corresponden a tres mundos distintos. El barrio de Exárjia constituye la materialización de una “guerra civil de baja tensión” continua entre la policía y una parte de la juventud. Es el terreno de la anticultura y de las diferentes formas de subculturas y de marginalización, de la divulgación de ideas radicales (y no tanto) que constituyen una especie de “enclave” en la metrópolis de la mercancía y la seguridad. Históricamente representa un abanico de comportamientos y actitudes subversivas, un terreno de fuertes enfrentamientos sociales. Las zonas donde viven los inmigrantes –que se encuentran al sur de Patissíon, hacia la plaza Omonia y la calle del Pireo-, han sido los últimos años un espacio en el que se han concentrado los sectores más débiles del proletariado multiétnico. En el tercer vértice se encuentra la zona que está entre la calle Ermou, la plaza Syntagma y la plaza Kolonaki. Son los barrios de los ricos, donde están todos los edificios que representan el poder del Estado, cuya presencia al lado de los más débiles y de los más rebeldes es considerada una provocación. La cercanía entre barrios ricos y barrios pobres –debida a la incapacidad del Estado griego de aplicar una política de remodelación urbanística del centro de Atenas (como sí ha ocurrido en otras metrópolis europeas)- crea una mezcla explosiva que estalló en diciembre de 2008. Las diferentes características de la reacción contra la degradación y la precarización de las condiciones de vida se encontraron cuando estalló la revuelta. Por este motivo, la sublevación se difundió y el fuego se extendió amenazando con quemar gran parte del país. El momento en que el Estado rogaba que las manifestaciones de protesta fueran simbólicas y pacíficas, los sublevados trataban de atacar u ocupar edificios públicos de su zona. De todas las maneras posibles, intentaban dejar claro que el enemigo está en todas partes.

Descárgate el texto completo en PDF

No hay comentarios:

Publicar un comentario