Los trabajadores prendieron fuego a una barricada de leña frente a la puerta e impidieron la entrada de policías y bomberos. Hoy deciden si continúan con el encierro en la papelera o si optan por emprender otras movilizaciones
DB / Miranda
Los empleados de Rottneros ya no aguantan más. Ocho meses sin trabajar y cerca de 150 días de acampada en los jardines de la sede local de la Junta no ha servido, al menos de momento, para que la chimenea de la papelera vuelva a echar humo. Así, la plantilla decidió ayer dar una vuelta de tuerca a sus movilizaciones y ocupó desde las diez de la mañana las instalaciones de la multinacional sueca. Al cierre de esta edición estaba previsto que una treintena de operarios hicieran noche en las oficinas de la fábrica, mientras otros compañeros dormían en los jardines de la Junta. Hoy decidirán si continúan con el encierro u optan por otras movilizaciones, a la espera de una llamada telefónica que aporte soluciones concretas al conflicto laboral.
Todo apunta a que se ha acabado la calma que ha mantenido la plantilla durante los últimos meses a la espera de un acuerdo que permita mantener los puestos de trabajo. Los operarios están decididos a que las administraciones públicas, los administradores judiciales y Rottneros sientan la presión de quienes creen que ha llegado la última oportunidad para asegurar el futuro de más de 200 familias. Los operarios ocupan ahora unas instalaciones repletas de productos químicos. «Hay gente que ya quiere vaciarlo todo. Están diciendo barbaridades; no sabemos cómo vamos a poder contener a la gente», advertía el presidente del comité de empresa, Paco González. «Los trabajadores se han hastiado de las mismas respuestas; ya vale de que se rían de nosotros», remachó.
Alrededor de sesenta trabajadores accedieron a la fábrica e impidieron la entrada y salida de personas y vehículos al recinto. Una enorme grúa que se dirigía a través de la instalación industrial al puente del polígono en construcción de Ircio tuvo que desistir del intento. Además, los empleados dedicaron el tiempo a amontonar la leña que había esparcida por el recinto tras las últimas podas en los accesos y junto a las oficinas de la empresa.
El presidente del comité de empresa hablaba sin cesar por teléfono. El director general de Industria, Carlos Martín Tobalina, era uno de los interlocutores. Pero ninguna conversación daba los frutos esperados desde hace mucho tiempo. Faltaban diez minutos para el mediodía cuando comenzó a arder con intensidad la madera apilada junto a la puerta.
Con la llegada de los bomberos se vivieron los momentos de mayor tensión de la mañana. Los policías y el vigilante de seguridad forcejearon con los operarios; unos querían mantener abierta la verja de entrada y otros cerrada. Los trabajadores, muy superiores en número, finalmente lograron atrancar la puerta metálica con una cadena y candarla. Los bomberos rociaron con agua desde el exterior de la valla la fogata. El incendio no produjo daños.
Los empleados mantuvieron activa la fogata durante toda la jornada. Sobre las ocho de la tarde echaron neumáticos que, al arder, provocaron un intenso humo negro. Los bomberos volvieron a la fábrica pero tampoco les dejaron entrar a sofocarlo.
http://www.diariodeburgos.es/noticia.cfm/Miranda/20090908/operarios/ocup...
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