200.000 civiles murieron en Varsovia durante la sublevación de agosto de 1944 y la ciudad quedó destruida por las bombas de Hitler.
Varsovia * Rep Polonia.
Polonia honró a los resistentes que el 1 de agosto de 1944 se sublevaron en Varsovia contra el nazismo. Durante 63 días, más de 50.000 combatientes, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, y hasta niños, lucharon contra las tropas, tanques y aviones de Hitler bajo la dirección de Armia Krajova (AK, el ejército nacional polaco).
La rebelión popular fue aplastada salvajemente. 200.000 civiles fueron ejecutados; murieron 18.000 resistentes, aunque algunos estudios estiman que fueron 140.000.
25.000 resultaron heridos y 15.000 personas fueron detenidas. Casi todo Varsovia fue arrasado. El 85% de los edificios de la ciudad fueron incendiados o dinamitados por las tropas del III Reich. Los actos de homenaje a las víctimas de la rebelión, que empezaron el viernes ante el monumento a la Insurrección de Varsovia, se sucedieron a lo largo de la jornada de hoy en una ciudad de más de millón y medio de habitantes que apareció con miles de banderas polacas y locales colocados en edificos públicos, monumentos, plazas, parques, autobuses municipales…
El acto más emotivo tuvo lugar ante la Tumba del Soldado Desconocido, en la plaza Josef Pilsudski. Ante un nutrido grupo de representantes políticos, militares y eclesiásticos y antiguos insurgentes, el presidente del país, Lech Kaczynski, destacó que el homenaje “es una celebración al heroísmo y la valentía”. Kaczynski admitió la hipótesis de que, tal como apuntan muchos historiadores, “el levantamiento de Varsovia estuviera condenado al fracaso desde el principio” (50.000 varsovianos, de los cuales sólo 23.000 estaban armados), pero puso de manifiesto que “fue un intento de defender la independencia de Polonia y liberar Varsovia”.
Varsovia * Rep Polonia.
Polonia honró a los resistentes que el 1 de agosto de 1944 se sublevaron en Varsovia contra el nazismo. Durante 63 días, más de 50.000 combatientes, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, y hasta niños, lucharon contra las tropas, tanques y aviones de Hitler bajo la dirección de Armia Krajova (AK, el ejército nacional polaco).
La rebelión popular fue aplastada salvajemente. 200.000 civiles fueron ejecutados; murieron 18.000 resistentes, aunque algunos estudios estiman que fueron 140.000.
25.000 resultaron heridos y 15.000 personas fueron detenidas. Casi todo Varsovia fue arrasado. El 85% de los edificios de la ciudad fueron incendiados o dinamitados por las tropas del III Reich. Los actos de homenaje a las víctimas de la rebelión, que empezaron el viernes ante el monumento a la Insurrección de Varsovia, se sucedieron a lo largo de la jornada de hoy en una ciudad de más de millón y medio de habitantes que apareció con miles de banderas polacas y locales colocados en edificos públicos, monumentos, plazas, parques, autobuses municipales…
El acto más emotivo tuvo lugar ante la Tumba del Soldado Desconocido, en la plaza Josef Pilsudski. Ante un nutrido grupo de representantes políticos, militares y eclesiásticos y antiguos insurgentes, el presidente del país, Lech Kaczynski, destacó que el homenaje “es una celebración al heroísmo y la valentía”. Kaczynski admitió la hipótesis de que, tal como apuntan muchos historiadores, “el levantamiento de Varsovia estuviera condenado al fracaso desde el principio” (50.000 varsovianos, de los cuales sólo 23.000 estaban armados), pero puso de manifiesto que “fue un intento de defender la independencia de Polonia y liberar Varsovia”.
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