Ya lo avisaba en su momento la web del colectivo antimilitarista Tortuga al señalar que en la última década son más de 100 los incendios provocados en zonas de maniobras militares.
Este año ha tocado el turno nuevamente al campo de maniobras de Chinchilla, y el peor y más grave de todos; el del campo de tiro de San Gregorio, en Zaragoza, en donde el fuego ya ha arrasado más de 6000 hectáreas -más de 1500 fuera del territorio militar- y el cuál todavía no se ha conseguido controlar.
Así queda patente con los últimos incendios producidos en Chinchilla (Albacete) y el peor de todos, el de San Gregorio, en Zaragoza.
Nuevamente se echan balones fuera a la hora de buscar las causas y responsables de estos incendios. Parece dificil que pueda ser casualidad que un año sí, y otro también, muchos de los incendios provengan de estas zonas militares. Ni que decir tiene, que como también es habitual, el Ministerio de Defensa bien poco hace para evitar los incendios forestales en los polígonos de tiro e instalaciones militares. De esta forma podremos seguir teniendo fuego para rato, e impunidad para los que cada año destrozan con sus imprudencias y prácticas paramilitares el paraje natural de todos (más si cabe cuando en algunos casos se trata de espacio protegidos) y alarman a sus habitantes.
Según datos de Greenpeace, "desde 1996, las maniobras militares han causado la quema de 16.739 hectáreas de monte. Esto supone el 1% de la superficie afectada por incendios desde 1996 pero significa el 6% de la superficie quemada por negligencias y causas accidentales desde el mismo año".
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