Grupos de jóvenes iniciaron la semana pasada una revuelta urbana contra la policía en un suburbio de París, al prender fuego a decenas de automóviles y un autobús en una segunda noche violenta tras el asesinato de un adolescente repartidor de pizzas que huía de la policía.
En la madrugada del miércoles la policía arrestó a nueve personas en el complejo de viviendas de Bagnolet, en el barrio de Seine-Saint-Denis, nordeste parisino. La noche anterior 29 coches fueron quemados y los jóvenes lanzaron cócteles Molotov a las fuerzas de seguridad.
El rebrote de violencia surgió a raíz del asesinato de Yacou Sanogo, de 18 años, que conducía su moto en la zona y que intentó escapar a un control rutinario de documentación de la policía el domingo por la noche, de esos que normalmente se hacen en los barrios pobres.
Hace cuatro años, la periferia se vio sacudida por una gran ola de violencia tras la muerte de dos jóvenes que se electrocutaron perseguidos por la policía.
Yacou Sanogo murió al estrellarse cuando un coche policial le daba caza. Los jóvenes no se creen la versión oficial y, basándose en varios testimonios, reclaman justicia. Un testigo afirma que los agentes estrellaron a la víctima, que iba en motocicleta.
Eran algo más de las 21.00 horas del domingo 9 de agosto cuando un agente de la policía dio el alto con malas maneras a Yacou, de 18 años, vecino del bloque de viviendas sociales de la Cité Fleury, que pilotaba una moto.
A unos 30 metros del establecimiento en el que trabajaba, el joven asustado se negó a parar. Los policías iniciaron entonces una persecución. La fiscalía quiere hacer creer el coche patrulla no tocó a la víctima. "No hubo contacto entre la moto y los funcionarios de policía", insiste el Ministerio Público.
La versión difiere de la que ofrecen los jóvenes del barrio. Al menos una persona vio al coche policial rozar peligrosamente a la moto por detrás y un costado, lo que provocó la desestabilización de la moto y que el joven perdiera el control. Es una técnica policial estudiada en las escuelas de formación de la policía francesa.
La réplica de los jóvenes fue inmediata. La noticia del accidente y muerte de Yacou recorrió los inmuebles de "viviendas sociales", donde el desempleo y la falta de servicios es notoria, como un reguero de pólvora.
Sólo dos horas después del percance, cientos de adolescentes con barras de hierro y cócteles molotov empezaron a quemar varios vehículos. Todos ellos fueron en dirección hacia el lugar acordonado por la policía, donde los agentes analizaban los restos del drama. Las compañías antidisturbios desplegadas repelieron con extrema violencia a los jóvenes, que volvieron al ataque la noche siguiente.
Ante los disturbios de la noche anterior, la policía envió 40 camionetas con agentes antimotines al complejo de viviendas el lunes por la noche. Varios grupos de adolescentes prendieron fuego a vehículos y lanzaron piedras y otros objetos a los policías.
Ha habido tensiones con la policía desde hace mucho tiempo en los suburbios de Francia, que padecen pobreza y desempleo. En muchos de los bloques de vivienda suburbanos residen poblaciones principalmente árabes y negras, molestas con la discriminación que reciben de las autoridades políticas.
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