La inauguración del aparcamiento de la calle Martí Grajales, en el corazón del Cabanyal, acabó ayer bronca. Medio centenar de vecinos contrarios a los derribos y a la prolongación de Blasco Ibáñez a través del barrio protegido increparon a la alcaldesa al grito de "Rita rehabilita" y la acompañaron con pitos, bocinas y una docena de pancartas contra el "expolio" en su recorrido por el parque construido sobre el garaje.
Otro grupo de vecinos partidarios de Rita Barberá -entre los que había algún asesor del equipo de gobierno- intentaron neutralizar la protesta con aplausos y coreando el clásico "¡Rita guapa!". Barberá respondió sin perder la sonrisa a los vecinos que le gritaban "traidora" mostrando el símbolo de la victoria con los dedos.
Los escoltas se emplean a fondo
El momento de más tensión se produjo en la entrada al aparcamiento, cuando la policía local y agentes de paisano que escoltaban a la comitiva de Barberá obligaron a los manifestantes a despejar la entrada al aparcamiento impidiéndoles acceder al interior entre forcejeos y codazos.
Ya a resguardo en el interior del aparcamiento, la alcaldesa rememoró otros incidentes violentos como la inauguración del jardín de la Remonta y del mercado de Colón -que coincidió con las protestas ciudadanas contra la guerra de Iraq-, donde también resultó increpada y zarandeada.
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