28 feb 2009

Denuncias desde la prisión de Villena

Según dicen, en la plantilla de la prisión de Villena se ha concentrado la "crème de la crème" de los boqueras porristas y maltratadores. Rumor que viene siendo confirmado por noticias que hemos recibido sobre lo que sucede en esa cárcel que hablan también de negligencia médica y abandono de un enfermo grave y trato inhumano a sus familiares


Torturas y malos tratos
En noviembre nos llegó una carta donde un compañero preso en Villena nos informaba de la situación que estaba sufriendo otro compañero en la misma prisión, al cual, después de una discusión con el médico que, tratándose de un sustituto sin ninguna responsabilidad duradera sobre su tratamiento, le había reducido arbitrariamente la medicación antiepiléptica prescrita por un especialista del hospital de Alicante, “le llevaron a aislamiento en volandas entre diez o doce carceleros dándole todos los golpes que pudieron, y una vez allí le esposaron, le dejaron en calzoncillos y le volvieron a golpear” , “y le tienen de una manera completamente ilegal e inhumana, pues el primer día le tuvieron esposado, sin colchón, sin comer y en calzoncillos, aparte de la paliza que le dieron” , “hasta el día siguiente que en lo único que cambió fue en que le desesposaron, le daban de cenar, de desayunar y comer no”, “eso sí sin darle ni su ropa ni sábanas ni manta, o sea, en calzoncillos”. Ocho días después, según testigos, “no le han dado todavía ninguna de sus pertenencias, ni ropa, ni papeles, fotos, bolígrafo, nada absolutamente, tan solo la ropa que llevaba el día que se lo llevaron, por lo que no ha podido cambiarse de ropa desde entonces(...), ni tan siquiera le han dado una toalla para que no se pueda duchar”, sólo le dan una comida al día, normalmente la cena, “por lo anterior he podido comprobar como ha adelgazado considerablemente”, y “todavía tenía un ojo morado por la paliza que le dieron el día 21” sin que el médico que pasa todos los días por el módulo de aislamiento haya hecho nada al respecto”. Enviamos una abogada a hablar con los compañeros y ya se está tramitando la correspondiente denuncia, aunque todos sabemos que es difícil que sirva de algo.

Negligencia médica, abandono de un enfermo e inhumanidad con la familia
En enero recibimos carta de otro compañero preso en Villena que nos cuenta lo siguiente: “la semana pasada mi compañero de celda falleció en circunstancias algo más que sospechosas, de negligencia por parte de los servicios médicos de este centro”, “me llamó con la voz temblorosa y estaba agarrado a las paredes de la celda y me dijo que no se encontraba bien, llamé a los funcionarios y lo llevé a enfermería”, esto fue a las 8 de la mañana, a las 10 “pasé por la enfermería para dejarle un zumo pues como se fue a las 8 no pudo desayunar. Cuando entré a enfermería, Juan Zapata Almunia, que así se llamaba mi compañero, estaba tirado en los bancos de la sala de espera, cuando le pregunté qué le habían dicho los médicos me dijo que todavía no le habían visto y ya habían transcurrido dos horas desde que le llevé a enfermería, y también me dijo que le había dicho el médico que hasta que no pasara consulta en el módulo que no le vería, quiere decirse que le tuvieron toda la mañana en enfermería y no le vieron hasta las 2 del mediodía, sobre las 7 de la tarde del mismo día lo mandaron para el módulo sin darle ni una aspirina y como no tenía fiebre no le dieron ni la baja médica: Al día siguiente siguió sintiéndose muy mal con un terrible dolor de cabeza, le volvieron a tomar la temperatura pero como no tenía fiebre le volvieron a mandar al módulo. Así estuvo toda una semana, incluso llegaron a amenazarle con ponerle un parte si seguía saliendo a enfermería sin tener nada”. Unos días después “ya no podía ni hablar, ni siquiera levantarse de la cama, pero le obligaban a bajar al patio porque no tenía baja médica”. Al día siguiente (8 o 9 de diciembre) “lo dejé acostado en su cama y le pregunté si necesitaba algo y ya no me contestó. Cuando volví ala una del mediodía ya no estaba en el chabolo, después, por la tarde del mismo día, me dijeron que se lo llevaron al hospital en una UVI móvil. Cuando le hicieron las pruebas pertinentes le diagnosticaron una embolia cerebral”. El compañero, ante todo esto se pregunta: “Si desde el primer día que yo le dejé en enfermería a las 8 de la mañana le hubieran dispensado la atención que necesitaba y practicado un simple escáner de la cabeza, no estaría ahora, quizá, mi compañero vivo? Pero aquí no queda todo, después de estar sobre 15 días ingresado le volvieron a traer a la prisión y lo llevaron a enfermería ¿Cómo es posible que un hombre que está ya desahuciado y que es casi seguro que va a morir porque ellos no le prestaron la atención que necesitaba, si le dieron el alta en el hospital como enfermo desahuciado, por qué le devolvieron a la prisión? Según algunos funcionarios es que se estaba tramitando su libertad condicional ¿Y por qué no le mandaron a su casa y después que le hubieran mandado allí la libertad? ¿Acaso pensaban que se iba a escapar, cuando yo le vi el día que le trajeron del hospital y también le vi el día que murió y no podía ni moverse? Llevaba pañales y sondas para hacer sus necesidades ¿Acaso temía la prisión que se escapara? ¿Por qué han consentido humillarle de tal manera que ha muerto como un perro abandonado? Yo no sé, si le hubieran cogido a tiempo, si se habría salvado, pero al menos habría tenido una muerte digna.”
Pudimos hablar también con las hermanas de Juan, que nos contaron: “el 9 de diciembre nos llamaron que estaba malo en el hospital general de Alicante. Cuando fuimos mi hermana y yo mi hermano ya estaba operado y en la UCI. Los días 10, 11, 12, 13 y 14 fuimos a verlo al hospital, estaba en la UCI. El lunes 15 de diciembre lo sacaron a planta, en planta nos dijeron que sólo podíamos ir los sabados y domingos. Sábado 20 y domingo 21 fuimos a verlo. El 25, día de navidad también fuimos. Sábado 27 y domingo 28 también fuimos. Yo firmé una autorizacion medica para hacerle un tac de contraste “yodódico”. Ese mismo lunes 29 llamamos por teléfono para hablar con el médico, pero nunca estaba, sólo nos dijeron que no tenía fiebre. El 31 de diciembre fuimos para hablar con el médico, pero no estaba, en Alicante era fiesta y allí nos dijeron que mi hermano había sido dado de alta el día anterior, quiere decir que el día 30 de diciembre se lo llevaron a la prisión. Estando él en la prisión, nosotras llamábamos todos los días. Nunca nos atendieron ni el director ni el subdirector ni la asistenta social. Nos dijeron que nos tomaban nota para que el médico nos llamara y nunca nos llamó. Cuando conseguimos coger cita para la enfermería, el 15 de enero, nos llamaron que se lo llevaron de urgencia y que había fallecido. Mi pregunta es, si se lo llevaron 22.30 de la noche, ¿por qué no nos llamaron y lo hubiéramos visto vivo y el nos hubiera visto a nosotras? Él murió a las 00.30 y yo tardo en llegar 40 minutos".

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