Las personas que allí vivían ya sabían la fecha en que la policía iba a irrumpir en el inmueble, por eso convocaron a las personas cercanas a una concentración a las puertas de la casa. A partir de las 11'00 empezaron a llegar los primeros coches de policía, que trataron de disolver a las cerca de 80 personas que se acercaron para mostrar su solidaridad con las personas desalojadas.
La propiedad, compuesta por una persona particular y una empresa inmobiliaria conocida por sus desfalcos en el barrio, había contratado a dos trabajadores para forzar las puertas mientras ellos sonreían por ver que la casa vuelve a ser finalmente suya. Las personas que habitaban la casa habían asegurado y apuntalado los accesos, para dificultar la entrada de la propiedad y alargar la concentración en la calle. Por eso, a pesar de los mazazos y los golpes de pico, la puerta principal no pudo ser echada a abajo, y los trabajadores contratados por la propiedad pudieron, después de un buen rato, forzar la puerta del patio. En el interior de la casa no encontraron a nadie, sólo las grandiosas matas de maíz y frijol que trepaban por las paredes del jardín.
una vez dentro, la propiedad ha caminado por lo que hasta ayer fue una casa comunitaria. Los trabajadores, siguiendo instrucciones de los empresarios, han procedido a destrozar todas y cada una de las ventanas y el tejado, y a asegurar de nuevo las puertas. Mientras, en la calle, de algún modo la rabia se mezclaba con la alegría. Las personas concentradas cantaban, gritaban, coreaban consignas frente a una policía que se empeñaba en inventarse un cordón de seguridad. Los agentes llegaron a ser más de 25 entre nacional, municipales y policía secreta.
El edificio de la calle Santa Juliana 5 era una casa baja de las que antes abundaban en Tetuán y que ahora están "en peligro de extinción". Fue edificada en 1910 y llevaba más de 8 años abandonada. En febrero de 2007 fue okupada por un grupo de personas que la volvieron a llenar de vida, de colores y de sueños. Ha tenido una relación cercana y de mutua solidaridad con l@s vecin@s, además, de ser punto de encuentro para muchas personas de Madrid y otros lugares. Y por supuesto, también ha sido una pieza más de todo el puzzle de personas que están luchando por un barrio más organizado, consciente y libre.
Esta convocatoria de hoy se unía a la del pasado domingo, donde se celebró un día de fiesta - despedida de la casa, dentro y fuera, con comida para amig@s y vecin@s, música y teatro.
Donde había una hermosa casa de un siglo de antigüedad, levantarán un bloque de edificios de lujo que nadie podrá pagar sin asfixiarse. Para asegurarse de que nadie va a entrar, la propiedad ha ordenado destrozar la casa para que vuelva a estar como l@s okupas la encontraron: un basurero de escombro, humedades y muros derruidos.
Los empresarios que ordenan hacer esto no tienen corazón. Tetuán no va a parar hasta echar a la mafia inmobiliaria del barrio. Por un barrio de la gente de abajo, no de la policía, ni los banqueros ni los políticos.
Ser barrio. Hacer barrio. Estar con el barrio
¡La July vive, la lucha sigue!
IMC Madrid
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