Las piedras y los monos azules de los 5000 obreros y estudiantes se entremezclaron con el humo y los disparos de cientos de policías la mañana del 3 de febrero de 1992.
Más de 200 policías protegiendo el Parlamento. 500 policías, 2 destacamentos de Guardia Civil, 80 furgones, tanquetas y helicópteros fueron trasladados a la ciudad desde otros puntos del levante.
La crisis golpeó de lleno a los obreros astilleros de Bazán, a los trabajadores de la empresa minera Peñarroya, al sector de Fertilizantes (FESA, Enfersa y Asur), y a los trabajadores del Zinc entre otros.
Al negro panorama de crisis industrial hay que añadir las graves dificultades por las que atravesaba el sector agrícola con problemas de salinización, desertización y escasez de agua.
30.000 empleos peligraban debido a la reconversión industrial y a la privatización.
La violencia de los enfrentamientos registrados en Cartagena con el incendio del Parlamento Regional revelaban la tensa situación social que vivía la comarca.
Las protestas se fueron extendiendo, y duraron hasta bien entrada la mañana del día siguiente. La Policía no dudó en reprimir las protestas obreras, persguiendo incluso por el interior de los hospitales a la gente, o entrando en institutos e instalaciones universitarias y agrediendo a estudiantes, al profesorado, e incluso al director de un instituto.
Tras horas de luchas por todas las calles del ensanche y centro de Cartagena, a las 18:15 horas un coctel molotov impactó contra la Asamblea Regional quemando toda la fachada y haciendo pasto de las llamas la sala de confedencias del Parlamento.
Desde Indymedia Sureste nos hacemos eco en ésta ocasión de los sucesos de la ciudad de Cartagena recordados como el día más largo.
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