22 oct 2009

[Fotos] Diálogo con mujeres luchadoras del continente

“Se cuidan, se cuidan los machistas, América Latina va a ser toda feminista” Mujeres de toda América Latina en el XXIV Encuentro Nacional de mujeres en Tucumán

Mujeres de Venezuela, Colombia, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Brasil llegaron al XXIV Encuentro [en Tucumán, norte de Argentina] para contar la experiencia de su organización, con especial hincapié en el trabajo relacionado con la problemática de género y para empezar a planificar estrategias conjuntas de lucha contra el capitalismo y el patriarcado.A continuación, una entrevista colectiva a Sofía del grupo MAIZ (Alternativa de Izquierda) de Costa Rica; Juliana, Hozana y Débora de la Marcha Mundial de las Mujeres de Brasil, y Mónica de Rescate del Sandinismo de Nicaragua.

MAIZ es una organización en la que confluyen diversas formaciones de izquierda, tendencias y sectores sociales de Costa Rica. En palabras de Sofía, integrante de la Mesa de Género: “nuestro objetivo es construir desde lo histórico una nueva izquierda, que deje atrás las divisiones que han perjudicado a la izquierda latinoamericana. Nuestros pilares son el consenso, la diversidad y la horizontalidad”. Con respecto al trabajo de género en MAIZ, se plantean la formación en género hacia el interior de la organización y en conjunto con otros colectivos: “trabajamos el tema ampliamente, los feminismos, las masculinidades y la diversidad”.

Producto de una escisión del Frente Sandinista actualmente en el gobierno nicaragüense, surgió en ese país Rescate del Sandinismo, una agrupación eminentemente barrial, con incipientes construcciones en el sector estudiantil. Se proponen la articulación de distintas luchas, en oposición a la burocracia del partido que se dice sandinista. Mónica, militante de esa organización, manifiesta que hay una tergiversación de los principios sandinistas por parte del gobierno y que “va a llevar mucho tiempo para que a nivel internacional caiga la fachada y se distinga entre tener una imagen revolucionaria y en lo concreto todas las políticas que sustentan el sistema neoliberal, violencia, discriminación hacia las mujeres y la explotación a las clases trabajadoras.

Al interior de Nicaragua hay más claridad sobre lo que realmente pasa”. En relación a la participación en el Encuentro de Mujeres comentan que vinieron a encontrarse con otras compañeras de Latinoamérica, “porque reconocemos que en nuestra organización tenemos la necesidad de construir un espacio de género. La reivindicación del sandinismo, de Sandino, de Carlos Fonseca y del triunfo de la Revolución Popular Sandinista de hace 30 años, implica necesariamente la comprensión de la lucha particular de las mujeres, como una lucha que debe ser apropiada por todo el movimiento”.

La Marcha Mundial de las Mujeres es una colectiva autoorganizada en 100 países. Osana, Débora y Juliana integran esta organización en Brasil. “La Marcha empieza como una articulación de diversas mujeres que identificaron la yuxtaposición de las consecuencias del patriarcado y el capitalismo. Para romper con un sistema hay que romper con el otro y viceversa. Empezamos por fortalecer el trabajo de base, con un feminismo popular, con acciones en la calle”.

Con una particular importancia en el trabajo barrial, desde la Marcha Mundial reivindican a nivel internacional cuatro ejes principales: bienes comunes y servicios, violencia hacia la mujer, lucha por autonomía económica de las mujeres, paz y desmilitarización. “Debido a conflictos del capitalismo y el patriarcado los cuerpos de las mujeres son también territorio para acciones de países imperialistas y de los hombres que nos violan. No sólo en zonas de fronteras de conflictos armados, sino también en Brasil con los conflictos urbanos, la guerrilla cotidiana y la policía. Consideramos que para construir otro mundo necesitamos luchar en contra de una militarización que nos oprime en tanto trabajadoras y nos viola en tanto mujeres”.

Hacia una articulación de las mujeres luchadoras

El Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán fue también esta vez, un intercambio de experiencias y proyecciones de mujeres luchadoras de distintos países de Latinoamérica con la vocación de trabajar en conjunto, más allá de las distancias. Para Mónica, de Rescate al Sandinismo “La importancia de encontrarnos aquí tiene que ver con que nos reconozcamos en otras mujeres movilizadas en distintas partes del mundo, aunque no podamos vernos cotidianamente. Estos encuentros sirven para darle cara a las distintas organizaciones, permiten que tengamos claridad de que tenemos las mismas problemáticas, el mismo espíritu y ganas. El encuentro es vital para la sobrevivencia de nuestras luchas, para fortalecer el compromiso y no sentirnos nunca solas. Para que la lucha sea de orden continental y mundial”.

Desde La Marcha Mundial de las Mujeres de Brasil afirman que “conocernos permite que podamos transmitir este sentimiento a otras cumpas de Brasil cuando volvamos para que también se sientan parte de este proceso de integración”. Sofía de Costa Rica agrega que “La vieja izquierda era muy machista y homofóbica, esa ha sido una debilidad muy grande que ha tenido en Costa Rica y quizá en toda América Latina. Empezar a pensar un encuentro continental de las mujeres de izquierda es un paso para integrar a distintas tendencias de la izquierda y del feminismo, con pluralidad, con debate”.

Socialismo y Feminismo

Género y Clase aparecieron muchas veces como dos extremos dicotómicos en los debates de las organizaciones populares. Como si hubiera sido necesario subordinar uno de los términos, o esperar ciertas condiciones sociales o económicas para empezar a trabajar en relación a las de las mujeres y otras identidades. Sin embargo desde los llamados nuevos movimientos sociales se va generando una síntesis práctica entre la lucha contra la opresión de géneros y la lucha de clases. “Muchas veces las mujeres y hombres consideran la lucha de géneros como accesoria, “primero está la cuestión de clase, después lo cultural o a lo sumo lo consideran un eje para acercar gente a la organización para la lucha de clases”, plantea Juliana desde la Marcha Mundial, “Nosotras creemos que la lucha feminista es esencial para la construcción de otra sociedad, de un proyecto socialista. Es fundamental. Es nuestra consigna: Cambiar el mundo para cambiar la vida de mujeres y cambiar la vida de las mujeres para cambiar el mundo, es una frase circular”.

Una de las causas que fue generando esta fragmentación de la mirada tiene que ver con la demonización del feminismo, y por consiguiente una estigmatización de las feministas. En palabras de Sofía de Costa Rica, “el patriarcado señala al feminismo como una lógica de opresión, como dar vuelta la tortilla para oprimir a los hombres. Por el contrario, el feminismo es una ideología de la liberación, al igual que el socialismo. Y si bien es imprescindible la autoorganización de las mujeres, no constituye solamente una disputa de nosotras, el patriarcado oprime tanto a mujeres como hombres, quienes no pueden demostrar los sentimientos, vivir una paternidad plena, esas son opresiones para los hombres. Tenemos que trabajar por articular las dos luchas, desmitificar que el feminismo es opresión para que se puedan sumar los hombres”.

A modo de cierre de este intercambio, Débora de la Marcha Mundial de las Mujeres sintetizó que “la izquierda necesariamente tiene que ser feminista, con enfoque de diversidad, que pueda articular a todos los grupos que luchan y que han sido siempre explotados por el capitalismo y el sistema patriarcal”.

Y surgió del encuentro de estas mujeres luchadoras un cántico colectivo y latinoamericano, aunque con tonada argentina que resonó en la movilización por las calles de Tucumán, “¡Olé olé, olé olá, el continente presente está, y todas juntas vamos a luchar!

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