Explotados en toda clase de obras e infraestructuras contribuyeron contra su voluntad a levantar empresas de sobras conocidas por todxs como Iberduero-Iberdrola, propietaria de la central nuclear de Garoña (a 65 km de durangaldea), beneficiaria del trabajo esclavo hasta la muerte de miles de presxs a través de la explotación de energía eléctrica generada por los pantanos ideados por Dragados y Construcciones (TAV) y que inauguraba el asesino del Ferrol, o Ferrovial-Agromán (TAV) adjudicataria de las obras del Valle de los Caídos donde trabajaron hasta 1950 un total de cerca de 20.000 presxs. Estos presxs también construyeron la parte correspondiente de la antigua terminal, la terminal de carga y donde se ubican gran parte de los servicios aeroportuarios del aeropuerto de Bilbo o la vía ferroviaria entre Bermeo y Pedernales en cuya localidad está proyectada la construcción de otro museo de la fundación Guggenheim a la que está asociada la Chevron-Texaco (George Bush padre es accionista mayoritario) con cuyo combustible los bombarderos nazis aniquilaron, entre otros, pueblos como Durango y Gernika.
Hoy como ayer, el Capital para llevar a cabo sus proyectos de acumulación de riqueza necesita de las mismas herramientas del Estado que entonces, del aparato judicial y policial. Así, la Policía regional vasca con la militarización de las zonas en obras del TAV y con la aplicación de los artículos del código penal 571, 574 o 577, todos ellos, correspondientes a los “delitos de terrorismo”, impone la misma violencia que utilizó Franco: eliminar socialmente a las gentes enviándolos a las cárceles del Estado español (con la mayor tasa de presxs por habitante de Europa) y así aplastar cualquier atisbo de Libertad y Progreso, entendido este como el en igualdad y armonía entre las gentes con las fuerzas de la naturaleza, de los bosques, ríos, montañas, de los animales y plantas que viven en Amalurra y de la que todxs somos parte.
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