2 oct 2008

Testimoni des d'un centre d'acollida de la Fundació O´Betlem

Otro joven se ha decidido a mandarnos unas líneas sobre su experiencia en un centro de menores. En este caso cuenta su lo que pasó como menor extranjero "no acompañado" en el centro Lázaro donde, según cuenta, se les aplica aislamiento y además se les mantiene detenidos sin orden juidical en el recinto bajo diversas formas de chantaje.

    Queremos señalar que muchos de los hechos que aquí se relatan son denunciables tanto a nivel social como a nivel legal, por lo que llamamos a quien esté ahora mismo afectado por estas prácticas a ponerse en contacto con nosotr@s.


    Hola.

    Soy un chico marroquí que vino a España hace algunos años. No quiero que saqueis mi nombre porque tengo que renovar mis papeles.

    Por suerte ya soy mayor de edad y me puedo olvidar de los centros de mierda para toda la vida.

    Pero me gustaria que se entere todo el mundo de cómo te tratan en este sitio que es para ayudarte. Quería contaros lo que pasa en el centro Lázaro de Guadalajara, en Marchamalo, que es donde te mandan cuando llegas a España.

    Estás como si estuvieras detenido por lo menos 6 meses o 7. Digo que estás detenido porque sólo sales a la calle dos días a la semana, tres horas por la tarde, y siempre con los educadores. Casi todos los educadores de Lázaro son unos cabrones, porque se portan mal con los menores, les tratan mal, algunos insultan, y a veces te dicen que por qué vienes a España.

    Te levantas por la mañana a las 8 de la mañana a fregar el centro, a las 10:30 que terminas la limpieza te dan de desayunar un vaso de leche y 4 galletas. Después no tienes nada que hacer hasta la hora de la comida, pero no puedes salir del centro. Si sales del centro, castigo sin salir de la habitación y sin paga y sin llamar a Marruecos, y fregar tú solo la cena y tirar la basura por la noche y comer solo en tu habitación, sin ver la tele, sin musica, sin nada.

    Algunos chicos están hasta 15 días sin que les dejen salir de la habitacion y sin salir al ocio los dos días que se salen a la semana a la calle, y en ese tiempo que estás en la habitacion no pueden entrar nada más que educadores, no puedes hablar con ningún chico.

    Pero salir tampoco vale de nada porque el centro está en medio del campo, no tienes donde ir, y está lleno de vallas para que no te escapes. Te castigan en la habitación por todo, por cada cosa que haces o por contestar mal al educador. Por contestar mal al educador muchas veces tenía que estar dos días en la habitación, y ahí solo te vuelves loco.

    Después de comer es obligatorio dormir la siesta hasta la merienda sobre las 6 de la tarde. Después de la merienda nada que hacer hasta la hora de cenar, y después a las 9 de la noche a la habitación a dormir, con las luces apagadas y las puertas cerradas de las habitaciones. Algunos chicos que tienen más suerte van a hacer cursos fuera del centro, pero son pocos los que pueden ir. A los que van al curso fuera, les lleva un educador hasta la puerta y también les espera a la salida. Es un coñazo todo el día con los educadores, que aunque alguno mola la mayoría son unos cabrones. Cada uno que sale del centro les tiene odio siempre a casi todos. Como castigo muchas veces te hacen barrer el campo de fútbol, o la carretera que entra para Lázaro. Tambien lavando las dos furgonetas del centro. Nos daban 6 euros de paga a la semana, de donde tienes que pagarte las llamadas a Marruecos. Cada vez que decías una palabra en tu idioma, te castigaban quitándote 50 céntimos de la paga.

    Algunas veces alguna educadora nos obligaba a limpiarle su coche como castigo. Cada vez que volvíamos del ocio. nos registraban a todos los chicos. Nos ponían en fila en el pasillo y entrábamos uno a uno en el despacho y nos registraban como si fueran policías. Una educadora es la que hacía la comida. Mucha de la comida que traían al centro estaba caducada. La caducada se la dan a los menores, porque para los educadores hacen una comida distinta. Y la comida era muy poca y no te dejaban repetir nunca.

    Se pasaba frio en Lázaro, la calefacción no funciona normalmente. Y cosas que te hacen falta no te las compran ni te las dan, como pantalones, zapatillas o chaquetas. Y muchas veces tampoco ni calzoncillos, que a mí me los traia una educadora de su marido.

    Lo bueno es que los chicos marroquís nos llevamos bien con los menores españoles y los de otros países que tambien hay. Y de ellos te acuerdas. Y de muchos no sabes lo que ha pasado con ellos, aunque me han dicho que alguno terminó en la cárcel de menores de Azuqueca, que tambien es de los mismos de O'Belén, como Lázaro, que es suyo. Que les den por el culo a O'Belén.

    Extraído de centrosdemenores.com, web de la Asamblea Contra los Centros de Menores Cerrados.

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