Muerte en el centro de exterminio de Granada

Este sábado 20 de septiembre de 2.008 a las 5.03 pm se tiró por el hueco de la escalera de la cárcel de Albolote (Granada) un compañero desesperado. De cabeza. Poca altura, pero decidido; cuello partido, brutal hemorragia. Han venido maderos, cinco días más tarde, a tomar fotos.

Los carceleros (al menos dos de ellos borrachos) no salieron para nada de la perrera mientras otros compañeros se tintaban las manos de sangre intentado auxiliarle. Veinte minutos más tarde llegó una camilla. Al caer la noche murió en el hospital. Otra muerte que no constará en la estadística de la prisión. Otro asesinato de Estado.

Era un estafador pero de suave carácter. Estaba en el módulo de los buenos y por una tontería lo trajeron al de los “malos y conflictivos”.

Lo cierto es que en mi experiencia de 30 prisiones diferentes, esta es la ocasión en que he visto concentrada la mayor cantidad de homicidas en un módulo.

Ya te digo, 5-6 días después vienen buscando responsables, interrogando a la gente en la esperanza para la cárcel de que no hubiera sido un suicidio, pero toda la culpa ha sido del “equipo de tratamiento” con todos sus psicólogos y especialistas.

Claro que esta muerte no es la única. En poco más de un año también han dejado morir por enfermedades terminales a 5 personas y otras varias por “sobredosis”, sin especificar más.

En cambio, la prensa capitalista se presta a echar tierra sobre esto y a airear y magnificar las “actividades culturales” que se hacen en este talego: cante, visitas de grupos de teatro y música y en el colmo de la “resocialización” un vergonzoso concurso de Miss y Mister, todo publicado regularmente y loado por el corrupto “periodismo”.

Por lo demás, ya estamos hartos de denunciar oficialmente las deficiencias de los servicios médicos, la pésima calidad y cantidad de la comida, la brutalidad cotidiana de los carceleros a la mínima ocasión. Incluso los horarios no son respetados, pero aún hay algo “gracioso” sino fuese tan revelador del funcionamiento del sistema: impresos-instancia prefigurados para quienes quieran hacer huelga de hambre. A esta gentuza les da igual huelgas de hambre, autolesiones, chapeos y demás; todo está previsto y para ello tienen a sus jueces que los amparan y exculpan de toda fechoría. Una buena panda organizada de criminales nazis.

Esto me hace recordar al compañero de Antequera Pakito Ortiz (que la tierra le sea leve) y a cómo sus luchas y las de otros lograron cambiar las cosas en muchos penales; fugas e intentos, record de “funcionari@s” secuestrad@s (117) en diferentes motines como los de Puerto I, en los 90, que lograron reales mejoras durante años, de las que se benefició muchísima gente, aunque los autores pagaron un altísimo precio por ello. También participó en montones de luchas no violentas que no dieron resultados.

Ahora ya no son los 90 y los carceleros se han hecho con el control casi absoluto. Represión de los pocos rebeldes y gratificaciones y recompensas a los sumisos y delatores, vuelven a haber presos que les hacen el trabajo sucio, “llaveros” de confianza que abren y cierran por ellos, “ordenanzas” que vigilan por ellos y demás. Son recompensados con comunicaciones, permisos, alcohol y drogas. No es de extrañar que el camarada Ortiz, tras reingresar en prisión, habiendo pagado 20 años a pulso, y después de tres más sin salir de régimen FIES y viendo lo que realmente había en las cárceles, decidiera poner fin a su no-vida en tales circunstancias. Uno de los más valientes, fuertes y constantes luchadores (sino el que más en dos décadas) decidió abandonarnos y descansar.

Así están las cosas y poco podemos hacer intramuros. Se precisan acciones decididas ahí fuera para que aquí dentro se pueda recuperar la esperanza y las ganas de luchar. De todos modos un@s poc@s en las prisiones seguimos resistiendo y todavía no abandonamos.

Salud, libertad y muerte al capital

Este escrito ha sido remitido a Cruz Negra Anarquista / A.B.C. para su difusión. Con él pretendemos, entre muchas otras cosas, incitar a la acción que acabe con los centros de exterminio a nivel local, peninsular y mundial. Muerte al estado, al capital y a sus falsos oponentes; viva la anarquía.

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