Aquel 15 de octubre de 1983, ayer hizo justo veinticinco años, era sábado.Aunque muchos detalles del asesinato de Lasa y Zabala sigan sin saberse, cien kilos de cal viva no fueron suficientes para enterrar sus restos para siempre. |
En el 25 aniversario del secuestro, tortura y asesinato de Lasa y Zaba, GARA reconstruye la historia con las actas del juicio celebrado en 1999. Otro refugiado, Mariano Martínez Colomo, fue el último que se despidió de Lasa y Zabala. Los vio alejarse por la calle Tonneliers tras arrojarles desde la ventana las llaves de su coche, con el que iban a acudir a una fiesta de las ikastolas. Luego se acostó, ajeno a lo que pasaba cien metros más allá. En el aparcamiento, los GAL, la nueva y más trágica expresión de la guerra sucia contra el independentismo vasco, habían comenzado su labor. «Sigamos, son txakurras» El sábado al anochecer Baiona Ttipia es un hervidero. Muchos familiares y amigos se acercan a pasar unas horas con los refugiados. La ronda se prolonga y se suceden los encuentros casuales, pero no todos son gratos. En una bocacalle asoma un vehículo de color claro, con dos personas dentro que les observan con detenimiento. Lasa confirma la sospecha general: -Sigamos, son txakurras. Su hermano Migel Mari retiene la imagen de uno de ellos, el que se sienta en el lugar del copiloto: una persona fuerte, con barba de una semana. En realidad, la presencia policial española al otro lado de la muga es cada vez más llamativa. La vida diaria de los exiliados vascos en Baiona se va complicando. Esa misma tarde, los dos amigos se encuentran y se citan para el lunes con Juantxo Nafarrate, que trabaja en el Comité de Refugiados. Unas semanas antes Lasa y Zabala se han topado con un control de la PAF en Sokoa y han terminado en comisaría. Les acusan de tener caducados los papeles. Ambos se quejan de que a los vascos no se les trate como a otros refugiados políticos, por ejemplo, a los polacos, que no sufren un control tan severo. Per a llegir la resta de l'article, punxa ací. |
17 oct 2008
Lasa i Zabala: La calç viva no va enterrar la guerra bruta
Imagenes del entierro de Lasa y Zabala donde la Ertzaina cargo contra familiares, amigos y compañeros de los asesinados.
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