8 oct 2010

[Dènia] Los nazis son una realidad política en la españa de hoy.

actualidad.rt.com
Denia, una localidad de interés mayormente turístico en la Costa Blanca valenciana, fue uno de los lugares elegidos por el exilio nazi tras la Segunda Guerra Mundial. Allí se refugiaron muchos de los alemanes convictos del régimen de Hitler, siempre amparados y respaldados por el franquismo. Y así como en otros centros de la misma índole, la ciudad ha entregado a los neonazis ciertas ventajas conforme a su deseo de sentirse más iniciados en las fuentes de su ideología.
La escritora Clara Sánchez se encuentra entre los expertos que alertan del crecimiento de los movimientos de índole neonazi en la Península Ibérica. Originaria de Denia, Sánchez pretendió explorar el vínculo que une a los nazis del Tercer Reich con la realidad neofascista en su última obra 'Lo que esconde tu nombre'.
Recuerda que un día vio en un periódico la foto de un matrimonio nazi -los ancianos que vivían y que seguramente viven medio escondidos en la Costa del Sol-, y tanto se impresionó que “de pronto la novela se disparó: estos personajes pasaron a la novela”. “Son los nazis que vinieron a refugiarse en España al calor del franquismo y que no se sabe por qué -o eso habría que explicarlo- han seguido viviendo aquí en la etapa democrática sin que a nadie le moleste”, destacó la escritora.
El historiador, escritor, periodista y guionista de cine Juan Madrid, considerado uno de los máximos exponentes de la nueva novela negra, desde su juventud madura la reflexión de que el nacionalsocialismo es similar a un huevo de serpiente que espera a ser incubado.
Él y otros expertos comprueban que en la sociedad española -será un rasgo común entre los europeos- el concepto ‘nazi’ se vincula cada día menos con el recuerdo de los oficiales de la Wermacht o los cuerpos de la SS refugiados en España durante la posguerra. En la realidad del siglo XXI los nazis son más bien los jóvenes que viven a nuestro alrededor y pretenden volver a construir un 'nuevo orden'.
El rasgo más peculiar de los nacionalsocialistas actuales no es su deseo de dibujar la esvástica en cada muro, sino que ponen la violencia por encima de todo y la utilizan con frecuencia. Eso les diferencia de otros grupos radicales, como por ejemplo los derechistas comunes o los neofranquistas. Atacan siempre de a varios contra uno, para que la víctima esté siempre en desventaja, agreden por la espalda y buscan causar el mayor daño físico posible. La violencia que ejercen forma parte de su 'estrategia política' a largo plazo. Con ella pretenden captar adeptos entre los adolescentes frustrados, y provocar miedo a los inmigrantes, gitanos, prostitutas y jóvenes militantes de izquierda.
Su actuación violenta está diseñada para contribuir a crear un clima de inseguridad general, y esto es lo único que les permitiría presentarse como una opción política, que ofrece la restauración del orden público por ellos mismos infringido.

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