13 oct 2009

Fascismo, represión e imaginación

no pasaran

El pasado dia 10 había convocada una concentración antifascista. El motivo de este acto eran las recientes agresiones fascistas sucedidas en Madrid: un trabajador rumano murió a causa de una paliza que le propinó un grupo de fascistas en La Cabrera por ser extranjero; un indigente recibió una paliza a raíz de la cual pasó diez días en estado comatoso y acabó perdiendo el habla; un miembro de la Federación Panafricanista de España de origen guineano fue atacado por un grupo de neonazis sin que los policías se molestase en identificar a los agresores, a pesar de que continuaban en el lugar cuando llegaron, y pidieron los papeles al agredido; los apuñalamientos acaecidos en las fiestas de Majadahonda; el ataque a unos jovenes con porras extensibles y una pistola de perdigones en las fiestas de Alcorcón,... Suma y sigue. Esta convocatoria fue prohibida por la Delegación del Gobierno, siendo ya la decima que se prohibe desde el asesinato de Carlos Palomino. Los antidisturbios cargaron en la Puerta del sol contra los concentrados, arrebatandoles las pancartas y reteniendo a varios jovenes, sin mediar palabra y sin que se hubiese producido ningún tipo de desorden.

Entretanto hemos sabido que el grupo 'Falange y tradición', que reivindicó la comisión de al menos 25 actos delictivos, entre los que se contabilizan desde ataques al monumento a los fusilados levantado en el monte San Cristóbal a diversas pintadas amenazantes, ha amenazado de muerte al concejal de NaBai Koldo Pla, miembro de la Asociación de Fusilados de Navarra e integrante de Txinparta. No habido detenciones relacionadas con estos hechos. El mismo dia en que los antifascistas veian en Sol como la Libertad de Expresión deja de existir a golpe de porra pude ver un video de una misa en la que, en el momento de la consagración, un falangista se sitúo a la derecha del Altar Mayor portando la bandera franquista.

El dia 12 Toledo ha sido escenario de otra injusticia: Una concentración fascista -autorizada, esta sí, por la Delegación del Gobierno- no solo era protegida por la policía, sino que, como denuncian desde la ciudad manchega, esta cargó junto a los fascistas contra los jovenes que se atrevieron a protestar por el acto ultra. Ha habido al menos cinco detenidos. No es la primera vez que se denuncia la connivencia entre policias y fascistas en Toledo. También vimos como en Iruñea la policia cargaba y detenia a seis vecinos cuando más de mil personas plantaban cara a unos 50 fascistas que, una vez más, contaban con autorización de la Delegación del gobierno para pasear su odio por las calles.

Mientras en cierta prensa se intenta equiparar a fascistas con antifascistas vemos como el Estado -a través de las delegaciones del gobierno- permite a los primeros manifestarse y les escolta incluso cuando deciden saltarse el recorrido autorizado (como sucedió hace unos meses en Vallecas) mientras prohibe continuamente las convocatorias de quienes defienden la Libertad. Habrá a quien le sorprenda esta actitud por parte del P$OE, pero para quienes no es ningún secreto que el P$OE hace mucho que está en la derecha y que en tiempos de crisis a los poderosos les conviene la presencia del fascismo en la calle no hay sorpresa alguna. Menos aún nos podemos sorprender ante las maneras de la policia, esos que se refieren a nosotros y nosotras del mismo modo en que lo hacen los nazis ("guarros").

No es momento de lamentarse de lo malos que son, sino de reflexionar. Hay que reaccionar, antes de que la criminalización mediática y las porras de los antidisturbios acaben por vaciar las calles. Son muchas las personas que podrian y deberían estar en las movilizaciones con nosotras y nosotros, como ya lo demostraron las manifestaciones por Carlos Palomino, y para que estemos todos y todas se impone un cambio de actitud, una ampliación de las alianzas. Permitir que nos lleven a un callejón sin salida en el que nos encontremos cada vez más solos, vistos por mucha gente que odia al fascismo tanto como nosotros como vándalos o como una tribu urbana es algo que la causa antifascista no puede permitirse. No se trata de ponerle buen cara al politico de turno o de hacerle la pelota a los mass-media, sino de desarrollar un discurso y una práctica con la que se identifiquen todas las trabajadoras y los trabajadores, que genere consenso en los movimientos sociales.

Salud e imaginación!

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