En Atenas la manifestación de la huelga “general” del 19 de octubre ha sido una de las más masivas en la historia contemporánea de Grecia. Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos no ha sido muy diferente con respecto a otras grandes manifestaciones, con la excepción de algunos sucesos. El aumento del paro, los recortes de salarios,
pensiones y subsidios, los aumentos excesivos de los precios de casi todos los artículos, la infinidad de impuestos, tributos y contribuciones, la venta y eliminación de todo lo que tenía un carácter público, así como la indignación de una gran parte de la población, fueron las razones por las que más de medio millón de personas salió a las calles de las ciudades grandes para manifestar. Sin embargo, tras este escenario quedan ocultos los miles de trabajadores quienes, una vez más se vieron forzados a trabajar, como ocurre en cada huelga, “general” o no.En Atenas, el escenario se montó desde las primeras horas de la mañana: vallas metálicas delante del Parlamento, montones de furgonetas de la Policía, cerdos de los denominados equipos antidisturbios, policías secretos y otros pretorianos del Régimen esparcidos por todo el centro de la ciudad, las estaciones de metro más próximas a los puntos de concentración de los manifestantes cerradas, la desinformación terrorista de los media… Esta vez el llamado Partido “Comunista”, antes del habitual desfile apresurado de sus miembros por el centro de Atenas, sustituyó en parte a las fuerzas represivas, con sus miembros alineándose delante del Parlamento y en las calles circundantes, en una tentativa de presentarse como guardia del orden. Muy pronto, después de esta parodia, cuando sus miembros se retiraron, como era de esperar, comenzó la verdadera manifestación.
La oleada de los centenares de miles de manifestantes expresó su rabia enfrentándose a los maderos armados en los alrededores del Parlamento gritando: “A quemarse el burdel del Parlamento”. La gente con persistencia está luchando contra los maderos, quienes no dudan en arrojar gases lacrimógenos, sustancias químicas y granadas de ruido sordo por todos lados. En la plaza del Parlamento (Síntagma) los enfrentamientos de la gente rebelada contra los maderos armados fueron persistentes y masivos y por ello gozaron del apoyo de la mayoría del resto de los manifestantes que las presenciaron. A pesar de que la gente no estaba bien “equipada”, muchas veces repeló o detuvo a los maderos de los grupos antidisturbios. Durante mucho tiempo la plaza de Síntagma daba la sensación de una rebelión, masiva aunque no generalizada. Por primera vez se hizo tan evidente la confusión de los maderos, quienes en varias ocasiones se pusieron a pelear entre sí ¡y en otra ocasión detuvieron a un policía secreto!
Algunos manifestantes prendieron fuego a una taquilla de billetes en la parte baja de la plaza, afectando sus hedores y emanaciones a personas que estaban dentro de un edificio de al lado. Entonces mucha gente se centró en el rescate de estas personas y la manifestación adquirió un carácter de espectáculo, sin poder continuar la contra-violencia masiva y sustancial de antes. Esto ayudó a los maderos a llevar a cabo su primera operación de represión, echando a la gente de la plaza. Hay que señalar que otros manifestantes habían prendido fuego a una de las garitas del Monumento al Soldado Desconocido, delante del Parlamento.
Un grupo de jóvenes rabiosos intenta romper los bancos de la plaza. Forma parte de esta gente joven rebelde que ofrece el mismo espectáculo en cada manifestación, ignorando lo que está pasando en su entorno. Ha identificado la lucha contra el Poder con este peculiar duelo suyo con las fuerzas represivas. Los disturbios provocados tan sólo por una pequeña minoría (cualquiera que sea esta) y de la misma manera en cada manifestación, dan pie a la Policía a evacuar la plaza. Mientras el río humano había inundado el centro, la Policía se había limitado a un papel defensivo. También, hasta la tarde la mayoría de las fuerzas pretorianas del Régimen estaban concentradas en el área del Parlamento, defendiéndolo de los centenares de miles de manifestantes que lo estaban asediando. Apenas se le ofreció a la Policía el pretexto para enfrentarse a este grupo, aprovechó para disolver la manifestación. Ya los medios de desinformación pueden repetir la misma aburrida copla sobre los 100 desconocidos o encapuchados que se cuelan en los bloques de los manifestantes pacíficos y convierten la pacífica protesta del pueblo en un caos…
Puede ser que unas horas después del comienzo de la manifestación los conflictos se hubieran extendido por el barrio de Eksárjia y la zona turística de Monastiraki, sin embargo la gran mayoría de los manifestantes, pacíficos o de intenciones combativas, se había marchado. Puede ser que la manifestación de Atenas haya sido enorme pero miles de trabajadores en pequeños negocios, en tiendas, grandes almacenes, centros comerciales, bancos, agencias de viajes, concesionarios y en el sector terciario en general, no pudieron participar ni en la huelga ni en la manifestación. Puede ser que se hayan celebrado manifestaciones en muchas ciudades griegas, sin embargo la huelga no afectó a miles de habitantes de pequeñas ciudades y pueblos del país. De ahí las comillas en la palabra “general”, en la primera frase de la entrada, hablando de la huelga de hoy. No obstante no fue mucha la gente que sobrepasó el temor hacia las fuerzas represivas y hacia el mismo Régimen. Tal vez esto sea lo más positivo de la manifestación del 19 de octubre, además de su carácter impresionantemente masivo. La lucha contra el totalitarismo, por la libertad y la dignidad, continúa.
Per tal de veure videos de la vaga, punxa en aquest enllaç de verba-volant.info
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