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OFERTA DE NAVIDAD U.A.R.
El consumismo no es, únicamente, una experiencia material o económica sino que parte de una serie de dinámicas éticas, estética, políticas… que utiliza, en muchas ocasiones, instituciones más
invisibles como la amistad o el amor (véase San Valentín).
El consumo en nuestra sociedad, más que centrarse en lo necesario que pueda llegar a ser el producto, centra sus esfuerzos en crear un deseo, una satisfacción o un estatus al individuo que lo consume. Así pues, nos encontramos con el nacimiento del consumo por el consumo y con la ansiedad del consumidor por mantenerse actualizado en el mercado de productos que se ofrezcan en el momento.
Podemos encontrar la solución a todas nuestras inquietudes en el amplio abanico de oportunidades
que ofrece esta sociedad de consumo-; de hecho es su publicidad la que nos impone la necesidad de abundancia, la que crea el ideal perfecto para personalidades predeterminadas y controlarnos así bajo el mismo patrón. En ella nos vemos limitados por el dinero, encontrando la facilidad de desahogar nuestras frustraciones en la última tendencia en cazadoras o en móviles, con la cantidad de artículos suficientes para sentir que llevamos nuestras vidas guardadas en el bolsillo.
Todo ello, parece ser una carrera absurda para llegar a esa “vida perfecta” que nos asegura una televisión enorme, un armario a rebosar y la mejor comida de plástico del mercado. Una vida de
apariencias.
Los Centros Comerciales y las grandes empresas, en estas fechas más acentuadamente que en otras, nos machacan con una publicidad sin medida desde los mass media, infectándonos con miles de anuncios con el objeto de llevarnos al consumo más irracional.
Las empresas usan todas las artimañas posibles para incitar al consumo, cualquier truco es válido
mientras cree en los/as consumidores/as la sensación de necesidad.
Las grandes empresas y centros comerciales han sabido sacar todo el provecho posible a la Navidad, convirtiendo una fecha con significado religioso en la época más rentable del año. La Navidad supone la ganancia de millones de euros a las empresas de todo nuestro mundo, millones que consiguen a costa de: la explotación de personas, la sobreexplotación de materias primas, del consumo irracional de la gente… para la fabricación de productos muchas veces innecesarios.
Tan grande es esta necesidad –consumista- que hacemos oídos sordos a la gran miseria que genera nuestro falso nivel de vida en otras partes del mundo. Pero, nosotros/as valemos más que eso, más que el dinero. Podemos construirnos sin moda y comer sin veneno, podemos salirnos del
camino marcado y crearnos el nuestro sin alimentar el engaño que cada día nos pone un precio
más bajo.
HAGAMOS DE LA AUTONOMÍA UNA PRÁCTICA REAL
ALTERNATIVAS
Es fácil escapar del consumo irracional si sabes como. Siempre debemos ser conscientes de que
aquello que compramos, debe ser una necesidad real, no un capricho. Pensamos en el porque de la
compra que realizamos, y en todo lo que rodea esa acción como acto de consumo.
Reflexiona: Somos lo que consumimos. Las compras movidas por el marqueting y la publicidad, son solo compras de identidades: se tú misma/o con autonomía frente al sistema.
Aquí presentamos unas recomendaciones.
Antes de comprar puedes pensar...
-¿Necesito realmente este producto?
-¿Puede ser dañino para el medio ambiente?
-¿Quién hay detrás de ese producto? (explotación infantil, salarios miserables, destrucción del medio ambiente, etc.)
-¿Cómo me ha ido hasta ahora sin este producto?
Te proponemos:
-Que lleves la lista con lo que necesitas para que vallas directo a ello.
-Que compares precios del mismo producto con otras marcas, la marca no significa calidad.
-Que prestes atención a las falsas ofertas, no siempre salen tan rentables como pensamos.
-Participar en cooperativas colectivas de consumo social: tendrás el producto que realmente necesitas a precios mucho más bajos.
-Acudir a redes y mercados de intercambio donde puedas ofrecer y demandar sin precio.
-Montar tu propio huerto urbano: La permacultura es una opción en la ciudad.
-No pagar con tarjetas: es un beneficio para los bancos mientras tu te endeudas.
-No olvides que en tu barrio puedes encontrar muchas de las cosas que necesitas sin tener que ir a un gran centro comercial.
Creemos en otra forma de funcionar; nos negamos a ser marionetas del capital, a pagar precios desmesurados por productos básicos, nos negamos a que se enriquezcan a costa de nuestro trabajo, no necesitamos de sus grandes centros comerciales.
QUIEN ROBA A UN LADRON TIENE 100 AÑOS DE PERDON. PUEDES RECUPERAR LO QUE ES TUYO!!
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