Tampoco se justifican estas rondas nocturnas por motivos de seguridad, ya que existen recuentos a todas horas del día amén de las excesivas medidas de seguridad que se vienen aplicando desde hace un año en los módulos de aislamiento.
Con estas rondas no se busca otra finalidad que la que quebrantar el descanso nocturno de los presos pues para entrar en las galerías se accionan los dispositivos mecánicos de dos puertas que sellan y dan acceso a las mismas provocando gran estruendo en mitad de la noche.
La situación de aislamiento crea de por sí situaciones físicas, emocionales y psicológicas delicadas que se ven agravadas si se perturba el sueño cada dos horas. Así una vez despertado es imposible volver a conciliar el sueño sabiendo que va a volver a ser soliviantado, creándose un estado de vigilia permanente.
Todo esto conlleva consecuencias funestas para la salud, la integridad física y psicológica que supuestamente se pretende proteger con esta medida.
Así mismo esta medida excede de lo razonable, que deriva en ilegal, por desbordar los límites del trato digno. A su vez constituye un trato degradante y vejatorio, toda vez que esta medida sobrepasa abiertamente el límite de legalidad desde el punto de vista de seguridad, pues parece esta medida utilizada exclusivamente para tratar a los presos de manera vejatoria y humillante.
En el Módulo de Aislamiento de Morón. Mayo 2010
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