Suiza celebra un referéndum para que el pueblo decida sobre este tipo de construcciones islámicas.
Si se impone el “no”, los musulmanes podrán continuar edificando sus lugares de culto. Suiza no puede permitirse un desaire a los países musulmanes, importantes inversores.
Berna * Confederación Helvetica
La última encuesta publicada da un 53% de los votos al “no”.
“Se prohíbe la construcción de minaretes”. Sobre esta frase escueta (pero que lleva mucha carga de profundidad) tendrán que pronunciarse los suizos el próximo día 29. Si gana el “sí”, ya no se podrán construir más minaretes. Si gana el “no”, los musulmanes que allí viven podrán seguir edificando sus lugares de culto de acuerdo con los rasgos arquitectónicos islámicos, entre ellos el minarete, esa torre alta y fina desde donde el almuédano convoca en voz alta a los musulmanes para que acudan a la oración. El temor de ver la vida de las muy apacibles, aunque cada vez menos, ciudades suizas perturbada por esta peculiar arquitectura y los no menos peculiares decibelios fue lo que llevó, en julio de 2008, a varios colectivos ultras y al partido de corte populista-fascista-racista Unión Democrática del Centro (UDC) a impulsar la convocatoria de este referendo de iniciativa popular, práctica habitual en suiza sobre los asuntos más variopintos.
La mayoría dice “no”.
La última encuesta, publicada el 18 de noviembre, da un 53% de los votos al “no” y un 37 % al “sí”. Unas cifras que no inquietan a la UDC, miembro de la plataforma anti-mezquitas www.minarets.ch
Si se impone el “no”, los musulmanes podrán continuar edificando sus lugares de culto. Suiza no puede permitirse un desaire a los países musulmanes, importantes inversores.
Berna * Confederación Helvetica
La última encuesta publicada da un 53% de los votos al “no”.
“Se prohíbe la construcción de minaretes”. Sobre esta frase escueta (pero que lleva mucha carga de profundidad) tendrán que pronunciarse los suizos el próximo día 29. Si gana el “sí”, ya no se podrán construir más minaretes. Si gana el “no”, los musulmanes que allí viven podrán seguir edificando sus lugares de culto de acuerdo con los rasgos arquitectónicos islámicos, entre ellos el minarete, esa torre alta y fina desde donde el almuédano convoca en voz alta a los musulmanes para que acudan a la oración. El temor de ver la vida de las muy apacibles, aunque cada vez menos, ciudades suizas perturbada por esta peculiar arquitectura y los no menos peculiares decibelios fue lo que llevó, en julio de 2008, a varios colectivos ultras y al partido de corte populista-fascista-racista Unión Democrática del Centro (UDC) a impulsar la convocatoria de este referendo de iniciativa popular, práctica habitual en suiza sobre los asuntos más variopintos.
La mayoría dice “no”.
La última encuesta, publicada el 18 de noviembre, da un 53% de los votos al “no” y un 37 % al “sí”. Unas cifras que no inquietan a la UDC, miembro de la plataforma anti-mezquitas www.minarets.ch
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