Desde DV nos hemos realizado un seguimiento de la información que se ha ido publicando a cerca del caso Asel Luzarraga así como el programa monográfico que los compañeros de ondaexpansiva realizaron al respecto. Tras haber recuperado recientemente la libertad, este anarquista vasco, escritor de profesión, he realizado una entrevista con el colectivo Azkintuwe.
Asel Luzarraga Zarrabeitia llegó al País Mapuche a comienzos de 2009. Lo hizo por Vanessa, universitaria de 19 años a quien conoció chateando en un foro punk de internet. Destacado novelista y músico vasco, fue detenido el 31 de diciembre acusado de estar detrás de diversos atentados explosivos. Tras un mes en la cárcel de Temuko, hoy pasa los días recluido en su propio domicilio, ubicado en la comuna de Padre las Casas. Desde allí rememoró para Azkintuwe las horas previas a su detención, la forma en que se fueron derrumbando una tras otra las acusaciones de la fiscalía, sus días de cárcel y los sueños pendientes de cara a una libertad esquiva, pero que no duda llegará más temprano que tarde.¿Qué nos puedes relatar del día de tu arresto?
Fue un día muy extraño, tuvo que pasar un tiempo para entender realmente lo que sucedió. Yo estaba en casa, había estado a la mañana trabajando en mi novela, que ahora no puedo continuar porque me dejaron sin mi notebook y mi disco duro, y estaba chateando cuando vi acercarse a dos carabineros a la puerta. Antes de que tocaran me levanté a abrir y ahí se me heló la sangre, al ver a un miembro del GOPE con su arma de asalto apostado en la ventana del living. Les abrí la puerta asustado, me identificaron, me dijeron que debían registrar la casa, aunque no me mostraron orden; yo les dije que no había problema, y ahí ya me esposaron y me sentaron en un sofá. Como vinieron cuando estaba solo, nadie más pudo ser testigo del allanamiento, y a mí no me permitieron moverme más que cuando ellos mismos me cambiaron de posición, a la mesa del propio living.
¿Te informaron por qué irrumpían de esa forma en tu domicilio?
Yo les preguntaba por lo que buscaban, seguro de que era un error y el susto pasaría pronto, pero me decían que era secreto, que la jueza les había dado orden de buscar especies. En seguida sentí que se iban a llevar mi notebook, así que les pedí que lo trataran con cuidado, porque en él va mi pega y en julio ya me habían robado uno. Veía cómo me tomaban fotos a mí y a la casa, sentí cómo sacaban de la pared unos afiches que tenía, sobre las represas y de solidaridad con la causa mapuche, me preguntaban por mis bototos, que también se llevaron, comenzaron a tomar todos mis libros, imagino que al ver que una buena parte eran de literatura anarquista, pero también se llevaron todos los que tenía en euskera, incluso las novelas escritas por mí… dentro de la situación era divertido ver cómo miraban mi foto en las solapas de los libros y comentaban en voz baja.
Per a llegi la resta de l'entrevista punxa en aquest enllaç de Diario de Vurgos.
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