Sesenta cinco personas procedentes de África han intentado saltar la valla que separa Melilla de Marruecos, aprovechando la crecida de un arroyo tras el fuerte temporal que azotó la zona el fin de semana. Una treintena han sido detenidos y cuarenta cinco han conseguido llegar a Melilla. La Delegación del Gobierno melillense ha reforzado la seguridad en el tramo fronterizo con Marruecos. Por su parte, el Gobierno central ha movilizado al Ejército.
Éstas personas que normalmente se hallan en una situación de precariedad extrema, aprovecharon el sistema de seguridad del arroyo Mezquita, muy próximo al puesto fronterizo de Beni Enzar, que se encontraba abierto por las fuertes precipitaciones para acceder a territorio español y conseguir una vida mejor.
Los subsaharianos sortearon la vigilancia de los agentes de la Guardia Civil que al siguiente día reforzaban el perímetro fronterizo, sobre todo en los cauces afectados por las crecidas.
Alguno de los inmigrantes consiguió su objetivo de entrar en la ciudad autónoma, dispersándose posteriormente por distintos barrios. Los subsaharianos que la policía está localizando están siendo puestos a disposición del Cuerpo Nacional de Policía, y después serán conducidos al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
redasociativa.org/gas
Contra las redadas y agresiones racistas
Durante el fin de semana se han llevado a cabo varias movilizaciones antirracistas. El viernes al rededor de un centenar de personas se concentraron por segunda vez en la estación de Villaverde Alto para protestar por el auge de las agresiones racistas en las estaciones de tren y metro por parte de vigilantes de seguridad. Para el sábado la estación de Aluche fue la escogida para movilizarse contra las continuas redadas policiales de carácter racista llevadas a cabo en el barrio, así como en otros de la capital como Lavapiés.
La Haine - Madrid
El ‘Mbolo moye dole !’ ya se oye en Madrid
La consigna “La unión hace la fuerza (Mbolo moye dole !)” suena tan contundente en castellano como en wolof, lengua usada en Senegal, Gambia y Mauritania. Tan contundente y tan necesaria. Al menos, para el millar largo de personas que se manifestó el 16 de octubre por el centro de Madrid en homenaje a los migrantes que han perecido en su intento de alcanzar las costas europeas y de las personas “que luchan cada día contra las fronteras”. Y, antes de nada, para los promotores del acto, la Asociación de Sin Papeles de Madrid, que esa misma mañana se dio a conocer en una nutrida rueda de prensa en la parroquia San Carlos Borromeo. Allí, junto a la red de apoyo Ferrocarril Clandestino, presentaron una campaña que tiene como objetivo reclamar el indulto de las personas condenadas por vender copias audiovisuales no autorizadas, la despenalización del top manta y la regularización de los migrantes indocumentados. La manifestación suponía el bautismo de fuego del primer grupo organizado de sin papeles de Madrid y, a tenor del impacto mediático conseguido y del júbilo de sus organizadores, resultó todo un éxito.
La citada asociación tiene su origen en un espacio de encuentro y asesoría legal para manteros que, desde hacía un año, funcionaba en el barrio de Lavapiés y supone una respuesta organizada a la asfixiante persecución policial que desde hace meses padece este colectivo en Madrid.
Sobre todo en las últimas semanas, las redadas indiscriminadas contra personas sin papeles se han convertido en moneda corriente. En una de estas razzias, Abdulá, una de las caras públicas de la Asociación de Sin Papeles, fue detenido horas antes de la marcha, para ser liberado al día siguiente “gracias a que el CIE de Aluche estaba completo”, informa el Ferrocarril Clandestino.
Tras la demanda de indulto de Mor Ndiaye, la nueva organización hizo lo propio ante el Ministerio de Justicia para Kebba Chan el 27 de octubre. Al igual que Mor, Kebba, que se halla encerrado en Aluche, fue condenado por vender copias no autorizadas de DVD y CD.
Oscar Chavez / Diagonal
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