Uno de cada cuatro reclusos españoles padece alguna enfermedad mental y más del 17% tiene antecedentes psiquiátricos. La falta de atención adecuada provoca que muchos de estos enfermos caigan en la marginalidad y en la delincuencia.
En la tertulia psicológica de la Luna en COPE, sale a la luz un tema olvidado, el de los enfermos mentales que residen en las cárceles españolas. Desde que cambiara la ley psiquiátrica, alguno años atrás, se ha traspasado el cuidado de los enfermos mentales a las familias, sin que existan centros que ofrezcan una atención adecuada para este tipo de personas.
De esta forma todos aquellos que padecen algún tipo de trastorno mental, caen finalmente en la delincuencia o la marginalidad. Los familiares, en estos casos, necesitan asistencia para poder hacerse cargo de estos enfermos ya que, en muchas ocasiones, se producen situaciones de estrés, bien por falta de recursos o bien por escasez en la preparación psicológica.
Los datos hablan por si solos, ya que más del 3% de los presos españoles han pasado por algún centro psiquiátrico antes se su ingreso en prisión. El tratamiento de los enfermos en las cárceles resulta inadecuado, ya que en el momento que ingresan quedan separados de la familia, lo que tiene consecuencias negativas. La prevención desde la infancia o la creación de residencias y casas hogar para estos enfermos, se plantea como una posible solución.
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