Resulta curioso cómo en los principales medios de comunicación transcienden muchas noticias relacionadas con la violación de derechos humanos en países que en muchas ocasiones se encuentran en lugares lejanos mientras que en cambio casi nunca se hable de las violaciones de derechos humanos que se producen en países tan cercanos como Marruecos y del que nos separan apenas 14 kilómetros.
Todas aquellas personas quienes hayan estado investigando sobre los últimos sucesos de la actualidad del Reino Alauita habrán oído hablar de las lamentables condiciones en las que se encuentran los activistas saharauis recluidos en la tristemente célebre Cárcel Negra de El Aaiún (Sáhara Occidental) o del centro secreto de detención existente en la ciudad de Temara, lugar que a raíz de los atentados de Casablanca del 16 de mayo de 2003 se convirtió en un centro de tortura de presuntos terroristas islámicos que en muchas ocasiones fueron personas detenidas al azar. Ahora las últimas noticias nos hablan de la prisión de Inezgane, ubicada en la región de Souss, en la que se mantienen encerrados a hombres y mujeres que participaron en las importantes movilizaciones de Sidi Ifni producidas durante el pasado mes de agosto.
Sidi Ifni (ex-colonia española) es una ciudad costera de 20.000 habitantes localizada al sur de Marruecos que sufrió una primera oleada de represión entre los días 7 y 8 de junio de 2008 y otra ola de represión indiscriminada entre los días 18 y 19 de agosto de 2008. Todo esto formaba parte del plan del Makhzen marroquí para sofocar un importante movimiento social de reivindicación de una auténtica política de desarrollo para la región así como una ampliación y mejora de los servicios públicos.
Cuatro de los manifestantes detenidos (Brahim Bara, detenido número 81.101; Hassan Agharbi, detenido número 81.934; Zakaria Rifi, detenido número 82.034; Mohamed Ouhadani, detenido número 80.932), entre ellos dos militantes de la asociación Attac-Marruecos, escribieron una carta en la que afirmaban que sus condiciones de detención eran más típicas de la Edad Media que de otra época. Esta carta forma parte de la campaña desarrollada por dicha asociación para exigir la liberación inmediata de los detenidos de Sidi Ifni.
En dicha carta, reproducida en el portal Bakchich, los cuatro reclusos de la prisión Inezgane tienen el valor de dar su testimonio sobre su encarcelamiento. En primer lugar los presos explicaron que la actual etapa de supuesta democracia reinante en el Marruecos de Mohamed VI así como la supuesta mejora de las instituciones penitenciarias y de su nueva función educativo-correctiva eran una auténtica falacia dado que las condiciones en las que se encuentran los presos tanto políticos como comunes de la cárcel de Inezgane demuestran todo lo contrario.
Seguidamente los presos hablan de los distintos tipos de celdas, relatando que había casos en los que se llegaban a hacinar un número de 86 presos en celdas de apenas 40 metros cuadrados. También explican cómo los presos son obligados a permanecer de pie durante casi todo el día, lo que llegaba a causar dolor en las articulaciones a muchos de ellos, especialmente en las rodillas. Posteriormente la carta habla de un lugar que de enfermería tenía únicamente el nombre y en donde se hacinaba a cerca de 28 presos con enfermedades como la diabetes, el asma, la tuberculosis, la diálisis, la artritis o el sida en 16 literas alineadas en un espacio de 24 metros.
Uno de los detalles terribles que citaban los presos era que existía un pabellón para menores de edad conocido como "Pipi", en el que había 6 celdas de menos de 35 m cuadrados y las que estaban hacinados más de 400 presos con edades que iban desde los 5 a los 17 años. También se habla de un lugar reservado para enfermos mentales y otro para los homosexuales, siendo éstos constantemente humillados tanto por los guardianes de la prisión como por otros reclusos. También se hablaba de la existencia
de un numero de 45 mujeres reclusas separadas en dos celdas, una de ellas reservada para las mujeres embarazadas.
La carta destaca el hecho de que la mayoría de los presos que padecían enfermedades cutáneas e infecciones producidas por consecuencia del sudor y de la falta de higiene.
La cárcel de Inezgane es conocida como una de las peores de Marruecos. No hay ni un solo médico a pesar de la deplorable situación de salud de los presos, produciéndose caso de presos que han llegado a encontrarse en una situación crítica debido a la negligencia del personal penitenciario. En el mejor de los casos lo único que hay en la prisión es un médico adjunto que acude como mucho una vez a la semana.
Esta situación pone en tela de juicio a la ministra de sanidad Yasmina Baddou, quien afirma que su departamento ha realizado esfuerzos en materia de salud al mismo tiempo que existen prisiones como la Inezgane en las que hay cerca de 1.400 reclusos y que no dispone ni tan siquiera de un médico.
Ante a la propagación de enfermedades y la falta de atención existente en la prisión de Inezgane aquellos quienes desean recibir atención médica saben que es un temas más relacionado con un tema de influencias y de auténtica corrupción. Lo mismo cabe decir de las visitas o del acceso a la cocina. No hay biblioteca ni ninguna zona de deportes o para cualquier tipo de ocio. La vida de los presos se limita a la de comer, dormir y a consumir las drogas que se venden libremente y en gran cantidad ante la mirada de los responsables penitenciarios, ya que existen una especia de señores de la droga que monopolizan su comercio en la prisión. La vida cotidiana del preso está centrada en la represión, en la injusticia y en las peores formas de discriminación. La ley que prevalece en la cárcel Inezgane es la ley del más fuerte y del más violento.
Este es el infierno en el que viven los presos de la cárcel Inezgane, la cual se encuentra en el mismo Marruecos democrático al que la Unión Europea ha concedido un estatuto avanzado. El régimen marroquí no tardará sacar informes para minimizar la magnitud de la situación existente en esta prisión. Los presos que han redactado la carta concluyen diciendo que esta triste realidad les obliga a luchar más y que sus verdugos no se dan cuenta de que cuentan en todo momento con el apoyo de sus amigos y familiares, y que esto les hace estar aún más convencidos del carácter justo tanto de sus principios e ideas así como de la causa por la que luchan.
Finalmente los presos hacen un saludo a todos sus compañeros de lucha que siguen adelante a pesar de la represión y de los sufrimientos.
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