En los últimos días la ciudad de Granada ha aparecido en los grandes medios con motivo de los incidentes ocurridos durante uno de los actos antifascistas convocados para el 20-N.
El transcurso de la manifestación antifascista que partió del Arco de Elvira y que congregó a unas 200 personas, se vió alterado por la enorme presencia de antidisturbios, los cuales actuaron con contundencia, especialmente cuando los manifestantes pretendían dirigirse hacia la Iglesia del Sagrario, lugar donde los fascistas acudieron a la tradicional misa en memoria de Franco y Primo de Rivera.
Fue entonces cuando se produjo el enfrentamiento directo con los antidisturbios, provocando que se prepararan fuertes barricadas para repeler el ataque policial, además de arrasar los antifascistas a su paso con bancos, cajeros, inmobiliarias, la sede del periódico local “El Ideal” y una unidad móvil de la policia, además de destrozo de vehículos, una excovadora y mobiliario diverso de la ciudad, lo cual el ayuntamiento ha estimado los destrozos en un valor de 16.000 euros.
Por otra parte, los enfrentamientos han causado la detención de cuatro antifascistas, uno de ellos condenado a cuatro meses de prisión por un delito de daños. Otros dos han quedado en libertad con cargos por delitos de resistencia y daños, mientras que el otro, menor de edad, ha sido puesto en libertad tras pasar a disposición de la Fiscalía de Menores. De estas detenciones cabe destacar otro aspecto importante que para los mass media desean que pase desapercibido: el abuso policial mediante el uso de la violencia contra los detenidos y contra muchos de los manifestantes que resultaron heridos.
Lo que es obvio y ha sido intencionadamente ignorado por todos los medios de comunicación que se han hecho eco de la noticia, la infiltración policial entre los manifestantes, algunos de ellos con estética punk, y un dato curioso que algunas fuentes indican; marcando a algunos de los manifestantes con pintura de distintos colores para posteriormente poder acusarles de los destrozos e incidentes. Así lo demuestran las imágenes captadas por la prensa burguesa.
Volviendo a los viejos tiempos (salvando las distancias), vuelve a salir a la palestra las siglas del sindicato anarcosindicalista CNT, a quien se le acusa intencionadamente desde los medios de estar detrás de estos sucesos en su concentración “contra toda autoridad” que realizó ese mismo día. Sin embargo, los datos son evidentes al respecto, ya que la concentración de CNT se realizó en la plaza de La Libertad a las 19.30h, mientras que los incidentes ocurridos venían, como hemos indicado al principio, de la manifestación antifascista convocada en el Arco de Elvira a las 21.30h, tal y como indica este sindicato en un comunicado urgente que ha emitido desde su página web con motivo de las graves acusaciones vertidas por los medios, lo cual califican como una clara intentona de criminalizar a dicho sindicato.
No será la última vez que el poder intente mermar al anarcosindicalismo. Existen varios casos a lo largo de los últimos meses que dan muestra de cómo la CNT en todo el estado, y particularmente en Granada, es un enemigo que se está haciendo cada vez más molesto y deben de agotar sus fuerzas a través de diferentes estrategias como las intimidaciones y la violencia o el asfixiamiento económico.
Ya en febrero de 2007 la Secretaría de Prensa del Comité Nacional de CNT-AIT alertó a través de un comunicado denunciando el "continuo acoso policial al que están siendo sometidos los miembros de la Federación Local de CNT de Granada, en el ejercicio de su derecho de manifestación, concentración, difusión de sus planteamientos y protesta pública allá donde consideran que los derechos de los trabajadores están siendo vulnerados". Algunas muestras concretas como el hecho de querer prohibir desde el ayuntamiento la concentración de CNT con motivo del 1º de mayo de 2006, o el hostigamiento continuo de la policía en los diferentes conflictos en los que esté sindicato se ha visto inmerso, especialmente, y como ya informó La Haine en aquel momento, con lo ocurrido durante un piquete informativo frente al comercio "El Covirán", en donde se produjo la detención violenta de dos militantes de este sindicato al no dejarse intimidar y renunciar a la libertad de expresión y de libertad sindical, una muestra más de como para el poder sus propias leyes son papel mojado a la hora de la verdad.
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