El PP sí tiene pasado violento.

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Esperanza Aguirre dice que el PSOE tiene un pasado violento y que en ninguna de las sedes del PP hay fotos de nadie del franquismo. Pero no dice nada de que el presidente de honor del PP, Manuel Fraga fue ministro de Franco. También oculta que Fraga fue el fundador de AP, antecedente del PP.
Tampoco hizo referencia a personajes como Abel Matutes, ex ministro de Exteriores de Aznar, que durante el régimen de Franco ocupó la alcaldía de Ibiza en 1970 que antes había regido su padre.Tampoco ha dicho Esperanza Aguirre que en este país no hay tradición liberal, y que la derecha ha venido siempre del mundo de las élites terratenientes, militares, eclesiales y patronales. La derecha española es sucesora de lo que representaba el franquismo, e incluso de la peor tradición derechista anterior a éste.

Los ideales de Esperanza Aguirre vienen de lejos.
Mucho antes de la Guerra Civil, los conspiradores que luego la ganaron, de cuyos ideales Esperanza Aguirre es heredera, tenían previsto el asesinato masivo y sistemático de cualquier persona que fuese de izquierdas, perteneciese o se sospechase que habría votado a las izquierdas, estuviese afiliado a algún sindicato de clase, o simplemente no estuviese contra la República. Ello está documentado por los propios “nacionales”.
Antes del alzamiento franquista, Franco, sin juicio previo, fusiló en Asturias, recibiendo órdenes del gobierno radical-cedista (de las derechas), a miles de izquierdistas que se rebelaron previendo el golpe de las derechas contra la República. También es heredera Esperanza Aguirre del pistolerísmo instigado por la patronal contra los obreros en aquella época, que tampoco dejaba otra opción que la autodefensa por parte de los afiliados a los sindicatos.
Todos los del PP son hijos del franquismo (y de la peor derecha anterior al mismo) por edad o por restos de cultura, lo quieran o no, porque el estigma siempre está presente y no renuncian a él. Y un botón de muestra es que Esperanza Aguirre intenta un enfrentamiento con sus argumentos demagógicos sobre el pasado violento de la izquierda.